Curso sobre los fundamentos del psicoanálisis en torno al seminario XI de Jacques Lacan. Módulo II

A cargo de Pamela Monkobodzky,
Marta Berrocal y Antonia Torres

¿Cuáles son las consecuencias del inconsciente Freudiano? ¿Como se presenta el concepto de repetición en la experiencia del psicoanálisis? ¿Cuál es la autenticidad del amor tal como se produce en la transferencia? ¿Pertenece la pulsión al registro de lo orgánico o el campo del instinto ya no es suficiente?.
Realizaremos un recorrido a partir de estas preguntas para adentrarnos en los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, en cuestiones relativas al sujeto del inconsciente y a los síntomas de la contemporaneidad.

Las reuniones serán los jueves alternos con una periodicidad de dos semanas. Comenzarán a las 20 h de España y 16 h de Argentina a través de la plataforma Zoom.
correo a eapseminario11@gmail.com

Las reuniones serán los jueves alternos con una periodicidad de dos semanas. Comenzarán a las 20 h de España y 16 h de Argentina a través de la plataforma Zoom.

La matrícula del curso será de 150 euros
(80 euros para estudiantes) y de 50 dólares para America Latina.

  • Número de cuenta para Europa:
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Módulo 1. Septiembre de 2023:

Taller de psicoanálisis y lectura: No hay relación sexual. Sobre la lógica débil: negación/no-todo/chiste.

  • Emilio Gómez
  • Ariel Pablo Contini
  • Jorge Cano
  • Un payador lacaniano

    Coordinación: Emilio Gómez Barroso
    Buenos Aires/abril 2023

“Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha” (L´etourdit)

eap

Wilson Saliwonzyk «Soy un Gaucho Lacaniano»

La docta ignorancia

Cuando Freud escribe más allá del principio del placer, ese más allá es formulado como algo sin bordes, no limitado, como una especie de relación al infinito. Él lo nombra como merh Lust, como más placer, que en Lacan se homologa a la plusvalía (merh Wert). Es Lacan quien aísla esta instancia “más allá” nombrándola como goce (Jouissance).

Hay un momento en que en uno de sus seminarios alguien le pregunta si puede haber dos más allá. Es cuando empieza a vislumbrar que puede haber dos goces, no como esencias, ni atributos, sino como lugares del de-ser o del no-ser, señalando que si ese goce fuera él mismo no sería ése. A raíz de esto, tenemos una dificultad por lo menos: ¿cómo pensar el goce?, y no sólo eso, sino cómo captar lo real del goce. Eso que aparece como un imposible de ser pensado, y que posiblemente si podemos trabajar con ello no puede ser desde otro sitio que el de una cierta escritura.

Ése “dos” no deja de ser curioso, pues aparece también en el Proslogium, de Anselmo de Aosta,  como reflexión sobre los bordes ontológicos donde se señalan los límites del conocimiento, que da paso a la apertura del pensamiento medieval hacia la nueva ciencia:

Hay un ser (el máximo) mayor que el cual no puede haber otro. De esta primera afirmación se pasa a la delimitación del campo del conocimiento. El máximo es uno (no es posible la existencia de dos seres máximos) y es absoluto (no está ligado por   nadie   ni   enfrentado   con   nada, en   caso   contrario   se   relativizaría   y   serla   contradictoria la noción  de  absoluto  que  le  adscribimos).

Con respecto al placer Freud señala que tiende al grado cero, lo que podemos llamar la homeostasis del sujeto, no obstante, no se queda ahí, sino que ese más allá señalado en el placer intenta recomponer las condiciones que se tuvieron en un principio en una relación mítica con el objeto de goce, instaurando otra instancia “hay uno” o “hay del uno”, que tampoco es autorreferencial pues posee la cualidad de un comienzo de la cuenta, ya que se constituye en rasgo, suma a otro volcándose hacia el dos, que podemos nombrar como el amor, el goce con el otro o el goce del otro.

Ahora bien, ¿cómo puede el analista trabajar con esto que se le escurre entre los dedos como jabón mojado? Dice José León Slimobich:

…el analista escucha desde algún sitio. Este lugar se compone de la formación que dicho analista posee. Con los instrumentos de su propio análisis, de la supervisión, de los lugares donde estudia con otros y de sus propias lecturas construye el modo de abordar lo que el analizante plantea. Sin embargo, solo podrá acceder a lo real en juego, cuando luego de haber aprendido y valorado toda su formación y conocimientos escuchando y ubicando cuestiones en lo que se le presenta, lo abandone y se sitúe en la ignorancia para que ¨eso ¨se le presente. 

Es evidente que dicha formación se constituye en la posibilidad de causar en el sujeto, en forma coloquial, el surgir de lo que sabe de sí o lo insabido. 

Lacan es reiterativo en su obra sobre este hacer desde la ignorancia. Ubica, en el trabajo que  realiza sobre Nicolás de Cusa sobre la docta ignorancia, una de las entradas en la modernidad.

Nicolás de Cusa señala en el primer capítulo de dicho texto:

Si   la   sabiduría   es   un   conocimiento   total   de   las   realidades, el   hombre   ha   de   conformarse   con   la   ignorancia,  pero   no   con   una   ignorancia   por   ausencia   de   conocimiento,   sino   con   una   ignorancia   que   resulta   del   conocimiento   de   las   limitaciones   del   entendimiento   humano.

Y continúa José León Slimobich más tarde:

Requiere entonces, que algo no esté aún desvelado, en tanto no todo lo que el analizante habla puede ser pasado por el saber del analista. Más aún, la exigencia freudiana de no acotar nuestra escucha en lo sabido nos coloca a la espera de algo en los nudos del relato que escuchamos.

Así, podemos nombrar este conjunto de saberes del analista de la siguiente manera: el saber que ignora lo suficiente

Lacan en variantes de la cura tipo señala:

Freud pone en ello el acento hasta el punto de decir que la ciencia analítica debe volver a ponerse en tela de juicio en el análisis que de cada caso (v. g. «El hombre de los lobos», toda la discusión del caso se desarrolla sobre este principio), muestra suficientemente al analizado la vía de su formación.

El analista, en efecto, no podría adentrarse en ella sino reconociendo en su saber el síntoma de su ignorancia

Así José León Slimobich manifiesta cómo esto se liga al cuerpo: …el deslizarse en lo incomprensible del lapsus o la escritura del sueño, por ejemplo, nos muestra algo que transcurre en la dimensión de la relación del tiempo con el cuerpo, pues lo que hemos expuesto se nos muestra en otro momento y con relación al cuerpo callado.

Dosier LetraHora: La lectura en la palabra

Destacado

José León Slimobich Pogarelsky y Emilio Gómez Barroso


Introducción

• El ser que habla, el ser hablante, es poema
• El analista lee en el texto, que le presenta el analizante
• Lo que se despliega en los juegos entre
el lenguaje y la lengua es la letra como plus de goce
• Lo real que solo puede “leerse” desde un discurso
• El goce está fuera del tiempo cronológico
• La escritura interviene en la palabra y el leer
se produce en ese acto, fuente del equívoco
• Los sueños: la lectura en sentido doble
• El escrito que surge en simultaneidad con su lectura
• El cuerpo como síntoma: fragmento significantizado del goce
•…no hay palabra sin escritura, ni escritura sin palabra. Y agregamos: no hay autor
• Ungrund (fundamento del fundamento). Nunca se tendrá

“Y aun cuando se haga confirmar por una jerarquía. ¿Qué jerarquía podría confirmarle como analista y darle ese certificado?(…) Repudio ese certificado: no soy un poeta, sino un poema. Y que se escribe, pese a que tiene aires de ser sujeto. ”
(Prefacio a la edición inglesa del seminario 11 de J. Lacan)


CURSO SOBRE LA PRÁCTICA DE LA LECTURA EN LA PALABRA

Sobre el paradigma del leer de José León Slimobich
Coordinación: Beatriz Reoyo y Emilio Gómez

Dirigido a quienes tengan interés en interrogarse acerca de la diferencia entre una escritura común, y aquella que escribe en la palabra. Esto funda, en la enseñanza de Lacan, una npráctica diferente, asentada en el discurso analítico. Lo que la escritura en el habla propone es una interferencia en la construcción fonológica del relato hablado. Dicho relato es texto para nuestro modo de abordarlo, camino hacia la letra. La letra que lee no progresa ni evoluciona, repite sin consideración, que es lo propio del goce. De esta repetición, surge el escrito que porta algo nuevo. Eso nuevo no le debe nada a la historia, a la cronología, no acepta las coordenadas del cálculo histórico con respecto al hito o al epos.

Con eso “Nuevo”, efecto de lectura en la repetición, el sujeto construye su entrada al mundo de la diferencia. Se aparta de la lengua materna, de la lengua impuesta en el hogar primitivo. Entra al mundo con ese objeto, la letra, de la mano. Esta entrada no se habla, no está en el registro fonológico, no participa del Otro. Es lo escrito que habla y hace semblante.

Homenaje a José León Slimobich Pogarelsky

Destacado

7 de agosto de 2022

Pepe Slimobich

A los que ponen un lobo en su rostro cuando comen cordero
Ceux qui mettent un loup sur leur visage quand ils mangent du mouton
 Jacques Prevert

José León Slimobich (con b larga para respetar la grafía de la confusión migratoria) Pogarelsky, siendo un psicoanalista, pensador, militante y hacedor de cuerpos poéticos, presente en múltiples foros psicoanalíticos, eligió desde hace más de 30 años, pertenecer a la Escuela Abierta de Psicoanálisis.


Se alejó con firmeza de la purpurina política que otorgaban los escenarios multitudinarios para trabajar lo que él mismo, a través de la lectura viva de Freud y Lacan, llamó el paradigma del leer. Slimobich (con b larga) entendía muy bien que la política necesita de la visibilidad, de la imagen, y también que las apariencias engañan. Basó este paradigma en el campo de la ética (que se alimenta más de la voz y el corazón), por ello para él un seminario central era la ética del psicoanálisis, y no cedió a ninguno de los cantos de sirena que despertaban su quehacer clínico para incluirlo en las cortes monárquicas.


Tentado por el campo freudiano para un lugar en su jerarquía eligió embarcarse en la fundación de la Escuela Abierta de Psicoanálisis junto con otros compañeros. Eso le hizo encontrar lo sorprendente en lugares que tienen más que ver con el arrabal (como el tango, su música) que con la ciudad dormida. Esta Escuela se fundó bajo el modo asambleario no jerárquico, ni democrático, desde la voz de la asamblea cada uno tomaba decisiones para allanar el camino al texto de los nuevos sentidos.


No dudó en frenar, driblar, correr hacia adelante, hacia atrás, volar, con tal de combatir el aburguesamiento del diván. Fundamos también Letrahora en un momento político duro, la enésima crisis argentina, leída por él como el nuevo laboratorio mundial de la precariedad y huida de capitales hacia lugares sin miedo. También leyó el casamiento de la ciencia y el capital que traería la licuefacción de los polos, porque sabía muy bien que el amo cambia los rumbos del saber instrumental para aprovechamiento propio. Eso es discurso, compañeros, y no un saber psicológico de la letra psicoanalítica.


Una época dura como la actual nos conminó a todos al aislamiento, pero aún así seguimos estableciendo contacto a distancia, no deteniendo el trabajo analítico, ni siquiera el político, José León siempre estaba ahí para escuchar y alentar nuevas ideas, incluso echar unas risas, porque el humor no faltaba, y hay cosas que no se pueden comprar. Comenzaron desde ahí a aparecer dosier en Letrahora que expresaban la inquietud del nuevo orden y jornadas que la pantalla posibilitaba.


Es difícil traducir esto a otras lenguas, pues el significado se confunde cuando la voz suena familiar. La traducción funda el equívoco de cambiar el sentido de las cosas cuando las palabras se escriben de manera parecida, los falsos amigos del lenguaje y la política se surten de la fe y la desesperación, pero Pepe no era un hombre de fe y tampoco se dejaba llevar por la impaciencia. Sabía muy bien que la repetición era el lugar de lo inconsciente y que siempre aspira a la novedad, eso no le arredraba… Esperaba, pues su descanso era una letra que a los orillados nos transmitió como lugar de la desapropiación, de la desapropiación de sentido y de la desapropiación del yo. Un lugar vacío hecho de voz dormida, de mirada ciega, de resto y del sabor de inútil que marca el lenguaje poético y que permitió hacer cosas que ninguno de nosotros hubiéramos sabido hacer desde la reflexión y el pensamiento, decía: uno hace más con lo que no sabe que con lo que sabe, eso me llegó directo al corazón.


Implicaba esto ya una acción, la del no saber, la del no tener ni idea, transmitió muy bien que la posición del psicoanalista es no tener ni idea, y aun así no desesperar, lo importante es el discurso, no la normalidad.


Deja muchas cosas, muchos caminos abiertos, mucha letra viva y soñante, porque conocía muy bien que el sueño es un lugar atemporal donde habitan las letras por venir, quedan muchos pedazos rotos y ese lugar que dejó para ser hablado de nuevo.
Vaya nuestro sentimiento más cordial hacia la familia y amigos.


Un abrazo enorme amigo y compañero.


Emilio Gómez Barroso
Presidente de la Escuela Abierta de Psicoanálisis en España

Dosier Pandemias 2020

LEER ONLINE

Han participado en este dosier especial Pandemias

Emilio Gómez Barroso
Matías Buera
José Slimobich

Ricardo Forster
Jorge Cano y Susana Gómez
Miguel Romero, El Negrish
Gorka García Hernández
Mariano de Hossorno
José Luis Romero
Miguel Ángel Movilla

EDITORIAL

La expansión a escala mundial del COVID-19 o SARS-2 (síndrome respiratorio agudo), como lo denominan algunos autores, hace aparecer teorías que sostienen una nueva conspiración para producir desequilibrios económicos y rediseñar de nuevo el tablero de ganancias.

Hace tiempo que los más agoreros vaticinaban una nueva crisis del capitalismo, lo no calculado era el origen, tocado ya el sistema fiduciario, con guerras interminables abiertas en Oriente Medio ganando activos y la industria bélica funcionando sin freno alguno; estaba en juego desde hace tiempo la detención de la contaminación planetaria que, a pesar de los avisos reinantes y de las opiniones de los más expertos, no se lograba disminuir las emisiones de gases que licuaban a gran velocidad los hielos antárticos, provocando climas extremos y cambios de corrientes oceánicas que un día traían ambiente tropical para helar al día siguiente la atmósfera, con intervalos de clima desértico, calor diurno, frío intenso por la noche.

Nada ha sido capaz de poner freno a un modo de vida de desecho contínuo que llenaba el mar de microplásticos e invadía de residuos la cadena trófica. Continentes incendiados sin posibilidad de detener un fuego bíblico. Nadie se cuestionaba la muerte propia si la vida era ese continuum inevitable de éxtasis futuros. Ha sido una especie de miedo general lo que ha puesto freno a todo con la amenaza de dejar fuera de juego a muchas personas en el seno de la vida alegre. Ha sido el contagio, la imagen de la muerte de seres cercanos sin llegar a comprender demasiado lo exponencial y el múltiplo a nivel íntimo, no estamos preparados para eso.

Mientras tanto, es lo que toca, los medios de comunicación manejan la muerte como un algoritmo diario, mirando al cielo para que la campana de Gauss llegue a la cúspide y empiece a asomar la cola del elefante dormido.

Las calles se han llenado de patrullas que controlan los abrazos y los movimientos diarios de los ciudadanos, el comportamiento requerido es el aislamiento máximo y la reclusión domiciliaria, para el que pueda soportarla. La autoridad se ha introyectado, y las denuncias vienen de eso que se ha llamado policía de balcón, que arroja el odio de la masa silenciosa aleatoriamente a cualquier paseante sin preguntar ni establecer diferencias sobre las personas que no pueden soportar el aislamiento por causas muy diferentes.

Hay, en este momento, muchos hogares excluidos del nuevo orden provisional, que no sabemos hasta cuándo habitaremos. Pequeñas casas masificadas con el hándicap de vivir una cuarentena si algún miembro es contagiado. Mediante también la imposibilidad de conocer estadísticamente cómo se extiende la epidemia, puesto que no hay tests suficientes para comprobarlo. ¿Qué podemos aprender de esto?

  • Que el vínculo medicina-política no es lo mismo que la medicina a secas o la política abierta. Se establecen una serie de medidas, necesarias para una pandemia, pero el cálculo inconsciente de la muerte es otro. La muerte del otro añade un plus a la propia vida. La pulsión de muerte se articula como salvación de la vida subjetiva, hay algo íntimo que supone un más allá de la tanatocracia o el algoritmo sin rostro.
  • Que la educación no es simplemente cumplir con el curriculum académico, sino la interacción del juego.
  • Que el sujeto se subvierte al aislamiento cada vez mayor para preguntarse qué ocurre con la masa exterior.
  • Que el sistema por más que sea el mismo repetido tiene una historia con diferentes formas de habitarlo.
  • Que la clínica psicoanalítica no tiene que ver con la división alma-cuerpo, sino que existe una continuidad entre el interior y la piel, no existe más cuerpo que el cuerpo imaginario, la cercanía o lejanía del otro a través de los objetos pulsionales.

La crisis se ha convertido en espectáculo incierto. Mientras tanto son las redes cibernéticas las que han ocupado el lugar del cuerpo a cuerpo, los GAFA (Google, Apple, Facebook, Amazon), que iban tomando su lugar hegemónico en el mercado, se han convertido en necesarios, en sustitutos de la palabra cotidiana, con una reducción considerable del tiempo social, conexiones de apenas una hora por la eliminación de aquello que prorroga el cuerpo: “quédate un rato más”. Las preguntas a los expertos van más por el lado de si la red aguantará la ansiedad comunicativa que por la solución a la pandemia. El cine se ha vuelto la evasión necesaria para el descanso del pensamiento, sigue costando mucho en esta situación trabajar en un texto o pensar algo que tenga que ver con la cultura, ¿cuándo y cómo volverá el libro y el debate?
Se ha programado un nuevo orden psicótico para contener la pandemia, la normalización es la psicosis, así esos casos que antes escapaban a la normalidad son los que más soportan el aislamiento. La psicosis ya vivía en ese orden interior aislado de cualquier realidad común.

Mientras tanto, la pregunta sigue abierta ¿qué nuevo orden nos deparará el modo reciente de habitar el capitalismo? Es difícil pensar que un virus haya conseguido hacer la revolución suficiente, sigue en el horizonte la pregunta de Francis Fukuyama de si el fin del planeta coincidirá con el fin del capitalismo, es más fácil pensar la muerte del planeta que el fin del sistema. Así, y a pesar de todo, hay presiones desde el norte de Europa para dejar desabastecido financieramente el sur de Europa, cada palo que aguante su vela. De esta manera, las potencias pujantes en el nuevo capitalismo son las que están ayudando a los desesperados, China y Rusia enviando ayuda humanitaria a España e Italia, amenazados por los ministros de economía del norte de Europa, con Estados Unidos también intentando contener la acelerada expansión del virus.

¿Cómo sería este nuevo modo de habitar el capitalismo? ¿Un modo menos colonial y con más presencia económica que territorial? ¿Un modo de cierre de fronteras, incluso en Estados miembros de una misma unión? ¿Un capitalismo con tintes comunistas y algo más dictatorial? ¿Un panóptico donde nosotros mismos enchufamos la pantalla que nos vigila, llevando un poco más allá la pesadilla orwelliana?
El mundo tiene miedo ¿cuál será el siguiente paso?