A cargo de Marta Berrocal, Pamela Monkobodzky y Antonia Torres
Módulo III Online 2024-2025. Info.: eapseminario11@gmail.com
¿Qué relación existe entre el inconsciente freudiano y el lenguaje? ¿Es posible separar el concepto de inconsciente de la presencia del analista? ¿Qué relación hay entre el concepto de transferencia y la repetición en la experiencia analítica? La transferencia en análisis, ¿es un motor, un obstáculo, ambos? ¿La repetición, es el resorte del encuentro siempre fallido? ¿Cómo podemos trabajar la pulsión a través del lenguaje?
Estas y otras preguntas guiarán nuestro recorrido en el estudio de los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, a través de la lectura de algunos Escritos de Lacan en diálogo con el Seminario 11. Realizaremos un recorrido a partir de estas y otras preguntas para adentrarnos en los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, así como una lectura de algunos textos de los Escritos de Lacan que nos permitan dialogar con el seminario
Para realizar la matrícula del curso escribir a: eapseminario11@gmail.com Puedes enviar cualquier consulta o duda a este mismo correo
La matrícula del curso será de 150 euros (80 euros para estudiantes) y de 50 dólares para America Latina. Les informaremos del modo de pago por email.
Los que conocimos a José Slimobich, los que le acompañamos en su periplo de enseñante del psicoanálisis, los que fuimos sus analizantes, cuando en España no había analistas o apenas, asistíamos atónitos a cómo era posible una ciencia que hundía sus raíces en el campo del goce.
Fundamentalmente las publicaciones de J. Slimobich han sido colectivas, desde “el leer en el habla”, “la marca del leer” y “Amor y deseo en la civilización del odio”. Todas ellas han sido publicaciones colectivas. Fiel en esto a la transindividualidad del sujeto y a la importancia de lo colectivo que quedó reflejado en un título de la revista Letra-Hora y en su participación política en su país natal: Argentina.
Queda una más: “El psicoanálisis en la actualidad”. Y junto a estas: otras dos a nombre propio: “Que es un niño en psicoanálisis?” y El paradigma del leer. Podemos decir que ésta última marcó un giro en su enseñanza… Seguir leyendo:
A cargo de Pamela Monkobodzky, Marta Berrocal y Antonia Torres
¿Cuáles son las consecuencias del inconsciente Freudiano? ¿Como se presenta el concepto de repetición en la experiencia del psicoanálisis? ¿Cuál es la autenticidad del amor tal como se produce en la transferencia? ¿Pertenece la pulsión al registro de lo orgánico o el campo del instinto ya no es suficiente?. Realizaremos un recorrido a partir de estas preguntas para adentrarnos en los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, en cuestiones relativas al sujeto del inconsciente y a los síntomas de la contemporaneidad.
Las reuniones serán los jueves alternos con una periodicidad de dos semanas. Comenzarán a las 20 h de España y 16 h de Argentina a través de la plataforma Zoom. correo a eapseminario11@gmail.com
Las reuniones serán los jueves alternos con una periodicidad de dos semanas. Comenzarán a las 20 h de España y 16 h de Argentina a través de la plataforma Zoom.
La matrícula del curso será de 150 euros (80 euros para estudiantes) y de 50 dólares para America Latina.
Número de cuenta para Europa: ES48 01829465650208451475Bizum al: 658 50 71 89
Cuando Freud escribe más allá del principio del placer, ese más allá es formulado como algo sin bordes, no limitado, como una especie de relación al infinito. Él lo nombra como merh Lust, como más placer, que en Lacan se homologa a la plusvalía (merh Wert). Es Lacan quien aísla esta instancia “más allá” nombrándola como goce (Jouissance).
Hay un momento en que en uno de sus seminarios alguien le pregunta si puede haber dos más allá. Es cuando empieza a vislumbrar que puede haber dos goces, no como esencias, ni atributos, sino como lugares del de-ser o del no-ser, señalando que si ese goce fuera él mismo no sería ése. A raíz de esto, tenemos una dificultad por lo menos: ¿cómo pensar el goce?, y no sólo eso, sino cómo captar lo real del goce. Eso que aparece como un imposible de ser pensado, y que posiblemente si podemos trabajar con ello no puede ser desde otro sitio que el de una cierta escritura.
Ése “dos” no deja de ser curioso, pues aparece también en el Proslogium, de Anselmo de Aosta, como reflexión sobre los bordes ontológicos donde se señalan los límites del conocimiento, que da paso a la apertura del pensamiento medieval hacia la nueva ciencia:
Hay un ser (el máximo) mayor que el cual no puede haber otro. De esta primera afirmación se pasa a la delimitación del campo del conocimiento. El máximo es uno (no es posible la existencia de dos seres máximos) y es absoluto (no está ligado por nadie ni enfrentado con nada, en caso contrario se relativizaría y serla contradictoria la noción de absoluto que le adscribimos).
Con respecto al placer Freud señala que tiende al grado cero, lo que podemos llamar la homeostasis del sujeto, no obstante, no se queda ahí, sino que ese más allá señalado en el placer intenta recomponer las condiciones que se tuvieron en un principio en una relación mítica con el objeto de goce, instaurando otra instancia “hay uno” o “hay del uno”, que tampoco es autorreferencial pues posee la cualidad de un comienzo de la cuenta, ya que se constituye en rasgo, suma a otro volcándose hacia el dos, que podemos nombrar como el amor, el goce con el otro o el goce del otro.
Ahora bien, ¿cómo puede el analista trabajar con esto que se le escurre entre los dedos como jabón mojado? Dice José León Slimobich:
…el analista escucha desde algún sitio. Este lugar se compone de la formación que dicho analista posee. Con los instrumentos de su propio análisis, de la supervisión, de los lugares donde estudia con otros y de sus propias lecturas construye el modo de abordar lo que el analizante plantea. Sin embargo, solo podrá acceder a lo real en juego, cuando luego de haber aprendido y valorado toda su formación y conocimientos escuchando y ubicando cuestiones en lo que se le presenta, lo abandone y se sitúe en la ignorancia para que ¨eso ¨se le presente.
Es evidente que dicha formación se constituye en la posibilidad de causar en el sujeto, en forma coloquial, el surgir de lo que sabe de sí o lo insabido.
Lacan es reiterativo en su obra sobre este hacer desde la ignorancia. Ubica, en el trabajo que realiza sobre Nicolás de Cusa sobre la docta ignorancia, una de las entradas en la modernidad.
Nicolás de Cusa señala en el primer capítulo de dicho texto:
Si la sabiduría es un conocimiento total de las realidades, el hombre ha de conformarse con la ignorancia, pero no con una ignorancia por ausencia de conocimiento, sino con una ignorancia que resulta del conocimiento de las limitaciones del entendimiento humano.
Y continúa José León Slimobich más tarde:
Requiere entonces, que algo no esté aún desvelado, en tanto no todo lo que el analizante habla puede ser pasado por el saber del analista. Más aún, la exigencia freudiana de no acotar nuestra escucha en lo sabido nos coloca a la espera de algo en los nudos del relato que escuchamos.
Así, podemos nombrar este conjunto de saberes del analista de la siguiente manera: el saber que ignora lo suficiente.
Lacan en variantes de la cura tipo señala:
Freud pone en ello el acento hasta el punto de decir que laciencia analítica debe volver a ponerse en tela de juicio en el análisis que de cada caso (v. g. «El hombre de los lobos», toda la discusión del caso se desarrolla sobre este principio), muestra suficientemente al analizado la vía de su formación.
El analista, en efecto, no podría adentrarse en ella sino reconociendo en su saber el síntoma de su ignorancia…
Así José León Slimobich manifiesta cómo esto se liga al cuerpo: …el deslizarse en lo incomprensible del lapsus o la escritura del sueño, por ejemplo, nos muestra algo que transcurre en la dimensión de la relación del tiempo con el cuerpo, pues lo que hemos expuesto se nos muestra en otro momento y con relación al cuerpo callado.
Sobre el paradigma del leer de José León Slimobich Coordinación: Beatriz Reoyo y Emilio Gómez
Dirigido a quienes tengan interés en interrogarse acerca de la diferencia entre una escritura común, y aquella que escribe en la palabra. Esto funda, en la enseñanza de Lacan, una npráctica diferente, asentada en el discurso analítico. Lo que la escritura en el habla propone es una interferencia en la construcción fonológica del relato hablado. Dicho relato es texto para nuestro modo de abordarlo, camino hacia la letra. La letra que lee no progresa ni evoluciona, repite sin consideración, que es lo propio del goce. De esta repetición, surge el escrito que porta algo nuevo. Eso nuevo no le debe nada a la historia, a la cronología, no acepta las coordenadas del cálculo histórico con respecto al hito o al epos.
Con eso “Nuevo”, efecto de lectura en la repetición, el sujeto construye su entrada al mundo de la diferencia. Se aparta de la lengua materna, de la lengua impuesta en el hogar primitivo. Entra al mundo con ese objeto, la letra, de la mano. Esta entrada no se habla, no está en el registro fonológico, no participa del Otro. Es lo escrito que habla y hace semblante.
A los que ponen un lobo en su rostro cuando comen cordero Ceux qui mettent un loup sur leur visage quand ils mangent du mouton Jacques Prevert
José León Slimobich (con b larga para respetar la grafía de la confusión migratoria) Pogarelsky, siendo un psicoanalista, pensador, militante y hacedor de cuerpos poéticos, presente en múltiples foros psicoanalíticos, eligió desde hace más de 30 años, pertenecer a la Escuela Abierta de Psicoanálisis.
Se alejó con firmeza de la purpurina política que otorgaban los escenarios multitudinarios para trabajar lo que él mismo, a través de la lectura viva de Freud y Lacan, llamó el paradigma del leer. Slimobich (con b larga) entendía muy bien que la política necesita de la visibilidad, de la imagen, y también que las apariencias engañan. Basó este paradigma en el campo de la ética (que se alimenta más de la voz y el corazón), por ello para él un seminario central era la ética del psicoanálisis, y no cedió a ninguno de los cantos de sirena que despertaban su quehacer clínico para incluirlo en las cortes monárquicas.
Tentado por el campo freudiano para un lugar en su jerarquía eligió embarcarse en la fundación de la Escuela Abierta de Psicoanálisis junto con otros compañeros. Eso le hizo encontrar lo sorprendente en lugares que tienen más que ver con el arrabal (como el tango, su música) que con la ciudad dormida. Esta Escuela se fundó bajo el modo asambleario no jerárquico, ni democrático, desde la voz de la asamblea cada uno tomaba decisiones para allanar el camino al texto de los nuevos sentidos.
No dudó en frenar, driblar, correr hacia adelante, hacia atrás, volar, con tal de combatir el aburguesamiento del diván. Fundamos también Letrahora en un momento político duro, la enésima crisis argentina, leída por él como el nuevo laboratorio mundial de la precariedad y huida de capitales hacia lugares sin miedo. También leyó el casamiento de la ciencia y el capital que traería la licuefacción de los polos, porque sabía muy bien que el amo cambia los rumbos del saber instrumental para aprovechamiento propio. Eso es discurso, compañeros, y no un saber psicológico de la letra psicoanalítica.
Una época dura como la actual nos conminó a todos al aislamiento, pero aún así seguimos estableciendo contacto a distancia, no deteniendo el trabajo analítico, ni siquiera el político, José León siempre estaba ahí para escuchar y alentar nuevas ideas, incluso echar unas risas, porque el humor no faltaba, y hay cosas que no se pueden comprar. Comenzaron desde ahí a aparecer dosier en Letrahora que expresaban la inquietud del nuevo orden y jornadas que la pantalla posibilitaba.
Es difícil traducir esto a otras lenguas, pues el significado se confunde cuando la voz suena familiar. La traducción funda el equívoco de cambiar el sentido de las cosas cuando las palabras se escriben de manera parecida, los falsos amigos del lenguaje y la política se surten de la fe y la desesperación, pero Pepe no era un hombre de fe y tampoco se dejaba llevar por la impaciencia. Sabía muy bien que la repetición era el lugar de lo inconsciente y que siempre aspira a la novedad, eso no le arredraba… Esperaba, pues su descanso era una letra que a los orillados nos transmitió como lugar de la desapropiación, de la desapropiación de sentido y de la desapropiación del yo. Un lugar vacío hecho de voz dormida, de mirada ciega, de resto y del sabor de inútil que marca el lenguaje poético y que permitió hacer cosas que ninguno de nosotros hubiéramos sabido hacer desde la reflexión y el pensamiento, decía: uno hace más con lo que no sabe que con lo que sabe, eso me llegó directo al corazón.
Implicaba esto ya una acción, la del no saber, la del no tener ni idea, transmitió muy bien que la posición del psicoanalista es no tener ni idea, y aun así no desesperar, lo importante es el discurso, no la normalidad.
Deja muchas cosas, muchos caminos abiertos, mucha letra viva y soñante, porque conocía muy bien que el sueño es un lugar atemporal donde habitan las letras por venir, quedan muchos pedazos rotos y ese lugar que dejó para ser hablado de nuevo. Vaya nuestro sentimiento más cordial hacia la familia y amigos.
Un abrazo enorme amigo y compañero.
Emilio Gómez Barroso Presidente de la Escuela Abierta de Psicoanálisis en España
Ejes de la subversión psicoanalítica 26 de octubre. El amo y la histérica 9 de noviembre. Saber, medio de goce 23 de noviembre. Verdad, hermana de goce 7 de diciembre. El campo lacaniano
Más allá del complejo de Edipo 21 de diciembre. El amo castrado 18 de enero. Edipo, Moisés y el padre de la horda 1 de febrero. Del mito a la estructura 15 de febrero. La feroz ignorancia de Yahvé
El reverso de la vida contemporánea 1 de marzo. Conversación en los escalones del Panteón 15 de marzo. Los surcos de la aletosfera 29 de marzo. La impotencia de la verdad 12 de abril. El poder de los imposibles
Anexos 26 de abril. Analiticón 10 de mayo. Exposición del señor Caquot
La vida como resto. Lacan se hace cargo del accidente discursivo que le lleva a leer El reverso de la historia contemporánea de Honoré de Balzac, “sin su lectura no se entendería bien la historia desde el siglo XVII al XIX”. Instalada ya la maquinaria que convierte al hombre en un necio frente a su destino, vemos en ella la desembocadura de los ríos del optimismo capitalista en los límites entre el goce y el saber. Lacan desarrolla en este seminario su teoría del discurso, un discurso sin palabras, donde el amor, y no el sentido, decide el cambio de uno a otro.
Convocamos a las Jornadas «Cuerpo y pandemias» para debatir con diferentes disciplinas los tiempos venideros y el estado de lo actual. Las jornadas serán los días 11, 12, 25 y 26 de septiembre de 2021, a través de la plataforma Zoom.
La participación en las jornadas tiene un valor simbólico de 15 Euros para Europa, 1500 pesos para Argentina y 15 dólares para el resto de Latinoamérica.