Curso sobre los fundamentos del psicoanálisis en torno al seminario XI y los Escritos de Jacques Lacan

Destacado

A cargo de Marta Berrocal, Pamela Monkobodzky y Antonia Torres

Módulo III Online 2024-2025. Info.: eapseminario11@gmail.com


¿Qué relación existe entre el inconsciente freudiano y el lenguaje? ¿Es posible separar el concepto de inconsciente de la presencia del analista? ¿Qué relación hay entre el concepto de transferencia y la repetición en la experiencia analítica? La transferencia en análisis, ¿es un motor, un obstáculo, ambos? ¿La repetición, es el resorte del encuentro siempre fallido? ¿Cómo podemos trabajar la pulsión a través del lenguaje?

Estas y otras preguntas guiarán nuestro recorrido en el estudio de los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, a través de la lectura de algunos Escritos de Lacan en diálogo con el Seminario 11.
Realizaremos un recorrido a partir de estas y otras preguntas para adentrarnos en los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, así como una lectura de algunos textos de los Escritos de Lacan que nos permitan dialogar con el seminario

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La matrícula del curso será de 150 euros (80 euros para estudiantes) y
de 50 dólares para America Latina.
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Presentación de «La lectura en la palabra/una escritura de lo real». Buenos Aires 2024

Destacado

Umbrales de época
El amor/ la rebelión sentimental/ lógica de los contrarios

Centro Cultural Macedonia Sarmiento 3632
Caba

Sábado 14 de septiembre 12 de la mañana
Intervienen: Vivian Palmbaum / Ariel Contini / Emilio Gómez

Tras la presentación del libro de José Slimobich celebrada el sábado 14, compartimos los textos que se leyeron y debatimos así como algunas fotografías.

También puedes ver la presentación completa aquí:

Buenos Aires, septiembre de 2024

Secularmente la Iglesia ha tenido mucho recelo con las cuestiones que desestabilizan la lógica patrimonial, entre ellas una desconfianza profunda hacia el éxtasis femenino, capaz de detener el tiempo del progreso marcado por el cristianismo. Durante el siglo XIX se produjeron varios movimientos: Romanticismo, idealismo, y el movimiento goethiano de Sturm und Drang (tormenta y empuje) que cuestionaban profundamente la institución matrimonial, otorgando al amor una capacidad de transformación social que no se había producido anteriormente.

Apenas un arañazo a viejo régimen que designaba al hombre la actividad y a la mujer la pasividad, el hombre era adjetivado con cualidades animales y la mujer con epítetos vegetales.

Después empezó la guerra en mitad del siglo XIX, con la restauración de los viejos valores y que vació el siglo XX de toda esperanza con otras dos grandes y cruentas guerras, y la inclusión en lo íntimo del horror nuclear perpetuo.

Apenas una teoría poco asimilable mantenida sin la fagocitación total del capitalismo, el psicoanálisis, que posibilita una lógica de planta, incluyendo una negación que subvierte la imposibilidad de los contrarios. Este espacio propone una apertura a este debate. La aparición del libro de José León Slimobich “La lectura en la palabra, una escritura de lo real” implanta en la escucha una escritura que rema en contra de la lógica de los contrarios, intentando captar un lugar en lo real psíquico como poema abierto al ausentido, alejándose así de la cosificación fetichista y la instrumentalización binaria.

Presentación del libro de José Slimobich. La lectura en la palabra: una escritura de lo real. Madrid. Mayo de 2024

Los que conocimos a José Slimobich, los que le acompañamos en su periplo de enseñante del psicoanálisis, los que fuimos sus analizantes, cuando en España no había analistas o apenas, asistíamos atónitos a cómo era posible una ciencia que hundía sus raíces en el campo del goce.

Fundamentalmente las publicaciones de J. Slimobich han sido colectivas, desde “el leer en el habla”, “la marca del leer” y “Amor y deseo en la civilización del odio”. Todas ellas han sido publicaciones colectivas. Fiel en esto a la transindividualidad del sujeto y a la importancia de lo colectivo que quedó reflejado en un título de la revista Letra-Hora y en su participación política en su país natal: Argentina.

Queda una más: “El psicoanálisis en la actualidad”. Y junto a estas: otras dos a nombre propio: “Que es un niño en psicoanálisis?” y El paradigma del leer. Podemos decir que ésta última marcó un giro en su enseñanza…
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Enlace video/coloquio: https://youtu.be/RzPqDayACik

Nomeolvides

Por Graciela Ramirez

Este escrito emerge del espacio de supervisión grupal con José Slimobich, donde se propone  un breve material y su lectura,  para mostrar que allí que de la escritura en las palabras del analizante deviene el poema.

Es la flor de nomeolvides. Símbolo de los amores eternos y de la memoria, dice el significado de la flor.

Esta pequeña historia no sigue una escritura lineal y convencional, sino que va por los atajos, por un ritmo de transferencia. ¿Qué dimensión tiene la transferencia?: Quizás algo que tiende al infinito y resuena en el cuerpo provocando ondulaciones.

Un viernes a las 14 horass ha sido el encuentro de formación, el segundo del grupo, no sabíamos su extensión y nos anticipaba al estudio y la proximidad de un posible libro:

“Nuevas aportaciones del paradigma del leer”. El énfasis es como un analista puede leer el texto de su analizante. Cómo deviene en poema esta lectura.

El poema es el nombre encontrado; el formar cuerpo con la lengua es el poema. Al decir de Pascal Quignard: “Para procurar una definición precisa del poema, quizá hay que convenir en decir sencillamente: el poema es exactamente lo contrario que el nombre en la punta de la lengua”.

José Slimobich presenta el relato de un sueño:

“El sujeto que habla plantea que hace tiempo no visita la tumba de su madre y esto le molesta. Se lee: “no me olvides”. Este verso es muy interesante, pues muestra que el que llega hasta el hablanteser lo hace desde la tumba, desde el más allá. Este verso merece un desarrollo más extenso, pues si bien todos los fragmentos que presentamos apuntan a movimientos del cuerpo, este nos muestra algo muy preciso.

El sujeto padece de este olvido de visitar la tumba de su madre, sufre por ello, pero sufre también de no lograr los éxitos que ambiciona, que son muchos y esforzados.

Pertenece a una familia de origen humilde y el progreso es el santo y la seña de su acción… Ser recordado por sus logros. La asociación con el verso presentado lleva a enlazar que una operación reciente de columna que tuvo también la padeció su madre y que un problema estomacal muy serio, que también sufre, era el padecimiento que llevó a su madre a la muerte. Por supuesto, apela al saber médico, como es lógico, pero se percata de algo extraño en tanto su cuerpo es igual, en sus padecimientos, al cuerpo materno. En principio, esto le muestra algo: podrá olvidar, pero su cuerpo recuerda perfectamente el entrelazamiento de los cuerpos. Hilos invisibles, como antes hemos señalado, marioneta de ese no me olvides”

Es como si la voz que leo en los márgenes fuera una voz distinta, que no se desborda de su cauce. Surgen estas asociaciones: como la flor no me olvides…. Cómo la flor del aniversario del genocidio armenio. El bolero que escuchaba mi madre….

“Las palabras que dicen el sueño parecen extranjeras al mismo, pero ellas revelan al soñador, a veces son un relámpago, alguna solución o una anticipación”. Para Lacan lo real del inconsciente es un “tejido de palabras”, que se presenta al sujeto como enigmático.

Saber que un paciente no es un organismo formado por órganos, sino  que puede devenir sujeto cuyo cuerpo gozante, se halla atravesado por el lenguaje. Saber que podrá revelarse un deseo porque hay inconsciente, porque a nivel del lenguaje  algo escapa a la conciencia. El lenguaje toca al cuerpo sutil.

La escritura, letra del goce, que se lee como significante, sitúa lo real en el centro ausente de la falta en ser, en su pura exterioridad. Es importante remarcar que  los significantes que introducen el goce en el cuerpo, no son los mismos que se dan a leer. Pues estos últimos ya no están situados respecto a la sustancia gozante, que han introducido los primeros, sino que son producto de la  letra que deviene de un cierto orden  del espacio llamado Nudo Borromeo. Ese decir no transcurre en el tiempo, sino en el espacio,  es borromeo y nada le debe al sonido. Es la separación de lo fonológico, el campo propio del escrito. No es lo real como imposible, sino que es lo real posible de ser escrito, y por ello Lacan sitúa el nudo de lo real y lo real del nudo. Es lo real que solo puede “leerse” desde un discurso, no lo dicho, sino el decir.  Esa letra hace operativo el concepto de goce, nos permite hacer con este parte de una lógica discursiva, siendo aquello que surge y se estabiliza en la repetición.

El sujeto recorre a tientas la existencia y se plantea tareas titánicas que su fragilidad puede malograr. A veces nadie sabe de esta intimidad persistente, pero hay un ritmo, una musicalidad que se llama vida.

Cada paso lo siento que retumba y vibra en una pequeña circunferencia y en mi pie, como dice Lacan que se piensa con los pies.

Cada tanto recordando esta última clase me veo interrumpida por un frescor que me rosa, tu presencia y voz, y cómo un recuerdo puede desencadenar diversas emociones. Vivir un poco consecuente con lo que uno cree que anhela, sin melancolizar la pérdida y la ausencia.

Queda el legado de tu libro, que los colegas de la Escuela le dieron el formato necesario.

¿Qué nos humaniza? Todo sujeto habita una extranjeridad en relación a la lengua, a su historia y la de sus ancestros. Ese puente entre lo mortal y lo inmortal, entre su voz y las voces de los muertos constituyen al sujeto. Recuerdo el concepto de transindividual: “El sujeto del inconsciente es transindividual. Pero en eso más allá del ser individual, se juega lo profundo singular. La historia, la trama, que se realiza entre una pequeña voz familiar y la estructura de la sociedad y la cultura de mi tiempo. Que recoge las historias y las culturas, y las lenguas. Sobre todo la transmutación de los sentidos que las lenguas proponen. Y no se opone singular y universal, pues el sujeto es lo particular capaz de universalidad. Y es en esta singularidad donde encuentra su dimensión social, a tal punto que es indistinguible el síntoma particular del síntoma social. El puente es el discurso.”

Lacan plantea que para el psicoanálisis la escritura poética tiene un valor que abre una dimensión diferente de la interpretación analítica. “Cuando el analizante habla, con suerte a veces deviene un poema, poesía” y esa es una vía privilegiada de acceso a lo inconsciente.

Al decir de José Slimobich: “Si algo vivifica es el encuentro con la letra, la ruptura del sentido común, como experiencia cercana a la poesía, el arte que se anima a jugar con el vacío necesario para un discurrir menos mortificante de la existencia”.

¿Acaso los sueños no pueden ser pensados como producciones de lo inconsciente que nos presentan letras que rompen el sentido común, como lo indescifrable que nos interroga?

El psicoanálisis comienza por y con el desvío, por y con la desorientación, por y con la posibilidad de perderse de un saber dado; haciendo de la lectura, equivocidad;  haciendo vacilar los sentidos establecidos. El cuerpo se precipita en la lectura. No hay cuerpo sin lectura.

El poema es la interrupción noble de un silencio, de ese silencio que reina, maravilloso, en el mundo, mientras no es derrotada la emergencia de un continuo que está, que puede ser o no ser nítidamente evidente.

Quizás es un intento de poetizar esa clase, esa clase devino en poema por la resignificación, o es el doblez de la lectura, nomeolvides

Leyendo un libro de poesía de Juana la Coja: “Un rompeola en el fregadero”  un recorte del poema:

“Quise decirle, mi general, que del mar ya no quedan flores y plantamos nomeolvides, como era despedirse sin moverse porque al irse ya no somos persona, sino lugares.

Se nos mueren las ciudades que otros viven, mudarse, irse. Volver. Porque nadie vuelve, mi general, todo son despedidas que empiezan y no terminan. Porque nadie vuelve, mi general, pero nadie se va. Todos los lugares que te han visto se quisieron ir contigo, pero al no poder moverse, te dejaron dentro. Así, habitas cada sitio que has conocido»…

Lic. Graciela M. Ramirez. Miembro de EAP

Irritación, un nombre para el neoliberalismo

Por Vivian Palmbaum

EAP

Enfurecer, enojar, enfadar, cabrear, exasperar, enervar, indignar, airar, enconar, sulfurar, crispar, encrespar, molestar, jorobar, excitar, encalabrinar, rabiar, agallarse… y la lista de sinónimos castellanos  para la palabra irritación puede variar según el diccionario que se mire.   Sabemos por nuestra experiencia que es una impresión sentida.

La filosofía a lo largo de las épocas ha trabajado alrededor del concepto de las pasiones. Solo basta con mencionar a algunos filósofos como Aristóteles, Spinoza o más acá a Descartes. Su abordaje pareció ineludible porque las pasiones revelaban un afecto sentido alrededor del cual se buscaban explicaciones.  Freud nos llevó de las pasiones a las pulsiones, cuando descubrió que la complementariedad biológica en el humano reside en esa pérdida que introduce el lenguaje. Fue así que elaboró el concepto nodal de la pulsión, que mas allá del principio del placer estableció como pulsión de muerte.  Luego Lacan, releyendo la filosofía situó las tres pasiones del ser: amor, odio e ignorancia. Conceptos todos ellos que parecen teóricos pero sin embargo tienen su asiento en el cuerpo.  Por ello podemos decir que la experiencia del psicoanálisis más bien toma el lugar de una práctica de lo singular.

Dicho esto, además podemos situar que tanto Freud como Lacan abordaron la angustia como ese sentimiento real que  conmueve, “un afecto que no engaña”,  agujero en el sentido del que brotan sentimientos que muchas veces se presentan como enigmáticos, sin explicación.  A riesgo de generalizar, podemos pensar que muchas veces la irritación podría tener una íntima relación con ese afecto que no engaña.

Mark Fisher nos acercaba con su abordaje de la realidad en el capitalismo[i], que “el capitalismo se alimenta del estado de ánimo de los  individuos, al mismo tiempo que los reproduce”. El psicoanálisis ha trabajado alrededor del discurso capitalista y la reproducción del odio, porque el amor es un don, fuera del mercado de lo que se compra y se vende,  y este sistema ha mercantilizado todo lo que alcanza,  reproduciendo como una medicina dosis de individualismo, miedo, terror y el consiguiente aislamiento que pandemia mediante se han intensificado y que lejos de volvernos mejores, como en un momento quisimos creer, nos ha vuelto despiadados individualistas. Lo dicho se acompaña de la explosión de nuevas dinámicas que basadas en el anonimato, como las redes,  multiplica la crueldad sobre el otro.  Lo dicho se contrapone  al protagonismo del feminismo, que derribó la puerta del poder patriarcal y  aportaron nuevos sentidos, que a la vez generaron muchas reacciones en tanto conmovieron la estructura de ese poder. 

Ahora bien, quizás un salto para acercar alguna cuestión respecto de la irritación que circula entre nosotras y nosotros. Una joven llega a la consulta diciendo que tiene sentimientos inexplicables de fastidio, de una molestia extrema, como si tuviera la piel enrojecida por el sol y nada la puede tocar porque le arde. Esa sensación aparece como indescifrable, a primera vista,  la va sacando de lugares, de relaciones, porque tiene poca o ninguna tolerancia a lo que se dice a su alrededor. Se impacienta, aunque entiende que se encuentra en una situación cuyo contenido no tiene que ver con lo que hacen los demás puntualmente.

Podríamos agregar entonces que el psicoanálisis como clínica de lo singular, no puede desligarse del contexto social desde donde se produce la subjetividad, que adviene como el modo en que se inserta lo social en lo singular. Posición ética porque lo contrario sería perpetuar el aislamiento. No vamos a ahondar en la historia particular sino mostrar las coordenadas desde donde la misma se escribe.

Las respuestas son múltiples, y pueden apreciarse en la vida cotidiana, en redes, en las calles y en situaciones de intolerancia como la ocurrida hace pocos días donde un hombre, produjo un crimen lesbo-odiante hacia cuatro mujeres, que vivían precariamente en una habitación de un conventillo,  pereciendo tres de ellas. Pocos días antes, el biógrafo de ultraderecha de Mi-ley, hablaba de la homosexualidad como una conducta insana,  este argumento fue parte del discurso de campaña del entonces candidato devenido presidente. El  odio se expande desde diferentes usinas y ha tomado como modelo a la intolerancia, la agresividad entre algunas de sus manifestaciones, que además también es patrimonio de los discursos progresistas y del campo popular, que descalifican y anulan las palabras de quienes piensan diferente, convirtiéndolos en enemigos.     

Quizás entonces una primera aproximación a la irritación sentida, esa que nos alcanza es que es el eco que proviene de otro lugar y que se hace carne en las historias singulares, como un afecto que no engaña porque sale de las pantallas para volverse realidad en lo singular. Fue Freud el primero que nos mostró un mal de la época, como la histeria, y podríamos decir que el neoliberalismo ha introducido el odio y la intolerancia en la actualidad como un padecimiento del que ojalá nos podamos librar. No será sin una escucha atenta y respetuosa de las palabras de la diferencia con las cuales hay alguna posibilidad de construir otra cosa.


[i] Mark Fisher, Realismo Capitalista, ¿No hay alternativa?, Ed. Caja Negra


Memoria  para un 24 de marzo

Por Vivian Palmbaum

¿Se puede borrar la memoria?

El 24 de marzo de 1976 se inició en nuestro país, en consonancia con la región, una dictaudra que se sostuvo a fuerza de persecuciones, asesinatos, desapariciones, tormentos, campos de concentración y se hace difícil continuar enumerando una lista de vejámenes que aún no se hallan esclarecidos y que ofenden la condición de humanidad. El régimen vino a dar por terminado un gobierno que estaba próximo a las elecciones democráticas. El peronismo que había sufrido la proscripción durante 18 años, con una feroz persecución y muertes, donde estaba prohibido hasta nombrarlo, había podido retornar a la vida democrática y ganar las elecciones en 1973 hasta que a principios de 1976 fue derrocado por la fuerza. Así es que destruir es conservar. Fue entonces que aquella proscripción forjó un movimiento de resistencia  frente a la barbarie de sucesivos gobiernos de las fuerzas armadas. Lo que siguió a ese 24 de marzo fue el período más negro de la historia reciente de nuestro país.

24M_Memoria
Buenos Aires, Argentina; March 24, 2022: National Day of Remembrance for Truth and Justice. White handkerchief, symbol of the Mothers of Plaza de Mayo, painted on the asphalt, with the word Memory.

La memoria se ha abordado de distintas maneras. Memoria y olvido conforman un continuo, sin embargo la negación de la memoria es una acción de la voluntad humana a diferencia de lo que se olvida que pertenece al plano de lo involuntario e inconsciente.  Dichos recuerdos retornan muchas veces de otros modos, Freud nos lo mostró en la psicopatología de la vida cotidiana, con los olvidos de nombres propios, en los sueños, y en otras formaciones del inconsciente donde algo de eso reprimido ha sido tomado bajo una forma menos advertida y se presenta como una extraña a nuestra intelección.  

La memoria muestra su carácter de ficción, construida con retazos que vienen a nuestro encuentro y bordean un centro ausente, porque no hay un todo que completar.  Sin embargo la historia de los pueblos constituye un fondo común que es fuente de cohesión entre quienes habitamos los mismos territorios.  Fueron los testimonios de las y los sobrevivientes, en los juicios de Lesa Humanidad,  los que permitieron reconstruir ese rompecabezas que hace a nuestra memoria colectiva. Algunas palabras, como nos enseña el psicoanálisis, vibran en el cuerpo, con un peso significante en nuestras vidas. Es desde ese centro ausente que la palabra desaparecido adquiere sus resonancias. Una palabra que pronunciada por un genocida muestra que ha quedado elidido el término “forzada”, porque aquellas desapariciones fueron forzadas. El dictador Videla interrogado acerca de la desaparición de personas decía: “ni vivos ni muertos”,  para referirse a unas vidas que quedaron en suspenso,  que continúan suspendidas porque no tenemos rastros de esa cifra, 30.000, que constituye el corazón de la memoria corroída por el dolor.  Pero no solo han hecho desaparecer esas vidas sino que también las identidades de personas nacidas, hijas, hijos, nietas y nietos, han sido usurpadas y estos crímenes no cesan de escribirse.

Escribía Jean Luc Nancy sobre la Shoah, que “saber una verdad acerca del mal no lo cura”.  Es entonces que no es la rememoración lo que nos salva de la repetición, sino es su elaboración, no como una memoria estática que como un monumento hay que honrar, dejándola congelada. Nos vemos entonces con una memoria presente, una visión del mundo que en aquel entonces se quiso imponer y que no fue esclarecida, porque sus responsables no fueron interdictos, ni juzgados, sino que solo alcanzó a quienes lo ejecutaron a través de las armas y de las más crueles maneras de exterminar,  que aún no terminan de ser juzgados. Estos verdugos se encargaron de instalar la lógica de la sospecha, “por algo será”, para intentar borrar las huellas de una sociedad solidaria. Detrás de las más bestiales y feroces acciones se escondía la instalación de un régimen económico que nos dejaría sumidos en un sistema económico inescrupuloso que nos volvía (y nos vuelve hoy) un poco descartables. Quienes se vieron beneficiados, y aún se favorecen,  fueron los grandes capitales transnacionales que gozan de impunidad. Vemos entonces el retorno de aquello mudo, que fue silenciado, escondido, omitido bajo unas nuevas y feroces políticas que se actualizan para intentar mancillar la condición humana de quienes vivimos en esta tierra. El terrorismo de Estado de aquel entonces,  ejecutado por la fuerza de las armas, fue una dictadura cívica, militar y eclesial que aún nos compromete,  a través de nuevos rostros, con discursos más refinados, con una artillería mediática que aprovecha la grave crisis de representación  que nos ha dejado a merced de nuevos buitres.

A poco de constituirse la ex Esma en un Espacio de Memoria, el periodista e historiador Osvaldo Bayer afirmaba que hemos olvidado que somos hijos de la tierra, un vínculo que se ha borrado a la par que avanza el daño irreparable que provoca la mercantilización de la vida. Nuestras memorias hunden sus raíces en tierras que fueron colonizadas a fuerza de exterminio y borramiento de nuestras ancestralidades. Sin embargo, la incansable búsqueda y firmeza de Madres y Abuelas es la que nos guía para continuar resistiendo y enfrentando a un nuevo viejo  poder que reivindica la muerte por sobre la vida.

 ¡30.000 detenidos y detenidas presentes, ahora y siempre!

Curso sobre los fundamentos del psicoanálisis en torno al seminario XI de Jacques Lacan. Módulo II

A cargo de Pamela Monkobodzky,
Marta Berrocal y Antonia Torres

¿Cuáles son las consecuencias del inconsciente Freudiano? ¿Como se presenta el concepto de repetición en la experiencia del psicoanálisis? ¿Cuál es la autenticidad del amor tal como se produce en la transferencia? ¿Pertenece la pulsión al registro de lo orgánico o el campo del instinto ya no es suficiente?.
Realizaremos un recorrido a partir de estas preguntas para adentrarnos en los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, en cuestiones relativas al sujeto del inconsciente y a los síntomas de la contemporaneidad.

Las reuniones serán los jueves alternos con una periodicidad de dos semanas. Comenzarán a las 20 h de España y 16 h de Argentina a través de la plataforma Zoom.
correo a eapseminario11@gmail.com

Las reuniones serán los jueves alternos con una periodicidad de dos semanas. Comenzarán a las 20 h de España y 16 h de Argentina a través de la plataforma Zoom.

La matrícula del curso será de 150 euros
(80 euros para estudiantes) y de 50 dólares para America Latina.

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Módulo 1. Septiembre de 2023:

Palestina por Vivian Palmbaum y Maite Manzanares

Palestina, un nombre que duele. Por Vivian Palmbaum

El 4 de noviembre del año 2004 León Rozitchner iniciaba una nota, en el diario Pagina 12[i] alrededor de la cuestión Palestina, con varias preguntas: ¿Recuerdan cuando hace dos mil años los judíos palestinos, nuestros antepasados en Massada sitiada, enfrentaron las legiones del Imperio romano y se suicidaron en masa para no rendirse? ¿Recuerdan la rebelión popular y nacional de nuestros macabeos contra la invasión romana, cuando murieron decenas de miles de judíos y se acabó la resistencia judía en Palestina y nos dispersamos otra vez por el mundo? ¿No piensan que esa misma dignidad extrema que nuestros antepasados tuvieron, de la que quizá ya no seamos dignos, es la que lleva a la resistencia de los palestinos que ocupan en el presente el lugar que antes, hace casi dos mil años, ocupamos nosotros como judíos? ¿No se inscribe en cambio esta masacre cometida por el Estado de Israel en la estela de la “solución final” occidental y cristiana de la cuestión judía? ¿Han perdido la memoria los judíos israelíes? 

Las preguntas que entonces se formulaba aún quedan abiertas y sus respuestas aparecen en el campo de una realidad dolorosa para los pueblos palestino e israelí, para las personas sensibles y más aún para quienes somos herederas de los campos de exterminio que masacraron 10 millones de personas, en su mayor parte judíos. Palestinos e israelíes se ven envueltos en una dialéctica de perseguidores y perseguidos, los une el miedo, el terror, porque han quedado sujetos a un conjunto de crímenes que se distribuyen en forma proporcional al ejercicio del poder y al dominio de sus aparatos de muerte. . 

Sabemos que el 7 de octubre se produjo un brutal ataque terrorista sobre una población civil por parte de la organización palestina Hamas,  que tomó de rehenes a pobladores israelíes que ahora comienzan a ser liberados. Brutal e inhumana consumación de un plan cuyos ejecutores han dejado a sus compatriotas palestinos librados a una retaliación pocas veces vista, y que a la vez parece favorecer al gobierno de Israel envuelto en un descrédito creciente.  

El hecho fue dominado por un ejercicio de venganza, donde el ojo por ojo se vuelve interminable. Un tema tan complejo siempre es difícil de abordar. Me pregunto ¿podemos seguir siendo indiferentes? Es  imposible la neutralidad pero tampoco la indiferencia que se muestra como un síntoma de esta época en donde el individualismo se ha cimentado en la conciencia de las mayorías, y ello merece un texto aparte.

Nos interroga León Rozitchner  ‘¿no les dice nada pasar a ocupar ahora el lugar impiadoso, como brazo armado de los poderosos capitalistas cristianos, contra una población civil asediada y asesinada por osar defenderse contra la expropiación ilimitada de un territorio que debía ser compartido?’  Retomo la pregunta porque la respuesta es entregada por los hechos. Un enorme muro construido para separar a la Franja, un escudo antimisiles, armamento de lo más sofisticado, el control del suministro eléctrico, de agua, el asedio a la población hacinada en la mayor cárcel a cielo abierto, donde el control de quien entra y quién sale es férreo, el maltrato, asesinato de niñas, niños y jóvenes, el encarcelamiento, el asentamiento de colonos,  la lista de vejaciones y arbitrariedades es innumerable. 

Por sus cuestionamientos el filosofo León Rozitchner fue tildado de antisemita por la propia comunidad cultural de la que era heredero. Un destino para quienes nos atrevemos a cuestionar las políticas de un Estado que ha convertido al país en un cementerio de palestinos. Hay en una parte de la comunidad judía una sensibilidad extrema hacia el disenso que se resuelve con la acusación de antisemitismo. 

Aquí lo siniestro, se vuelve visible, el odio y la ley del talión no cesan de escribirse como una trama infinita alrededor de una tierra objeto de disputa. Hay guerras y guerras, unas son casi imperceptibles, esas que se cobran día a día vidas en nombre del progreso, otras guerras son las que se televisan, en directo, con más rating. 

Lo Unheimlich se hace presente mostrando que lo aterrador llega desde lo más cercano y familiar. Imágenes, como polaroids nos llegan trayendo angustia. Un niño palestino cuenta que ya no puede conciliar el sueño porque teme no volver a despertar, mientras relata que el ruido de las bombas es parte de su vida cotidiana.  Aparece una operación que borra el colonialismo ejercido sobre la tierra palestina, y pone en primer plano el ataque terrorista  para suprimir sus antecedentes. Lo que no quiere decir que se justifique el brutal ataque de Hamas, que merece una enfática condena, sino que hay una serie de hechos que atraviesan la historia de la creación de un Estado sobre las tierras donde antes convivían de manera pacífica distintos pueblos. Parece haberse desplazado el concepto bíblico de ‘pueblo elegido’ hacia pueblo perseguido que ha recaído sobre las y los palestinos que se asientan en esos escasos kilómetros que aún conservan.

Entre tantas voces que se pronuncian contra este genocidio, la filósofa feminista Judith Butler[ii], escribió una misiva al presidente Biden, donde dice, entre otras cosas,  ‘todos deberíamos dar un paso al frente y oponernos a eso y pedir que se ponga fin al genocidio. Pero el hecho es que la violencia que estamos viendo pertenece a una violencia de larga data, una violencia que lleva 75 años… Hasta que Palestina sea libre y las personas en Palestina puedan vivir como ciudadanos o actores políticos en un mundo que ayuden a crear, hasta que se auto-gobiernen y forme parte de una democracia… Seguiremos viendo esta violencia estructural que produce este tipo de resistencia’. La expresión de Butler, es parte del conjunto feminista que unánimemente se ha solidarizado con el pueblo palestino y el pasado #25N alzó sus voces en una acción global y unánime contra el exterminio.  ¿Existe un medio de librar a los hombres de la amenaza de la guerra? ¿De canalizar la agresividad del ser humano y armarlo mejor psíquicamente contra sus instintos de odio y de destrucción?  Pregunta que Albert Einstein dirigía a Sigmund Freud allá por 1932, cuando en Europa la inquietud avanzaba dejando atrás la Primera Guerra y estaba en ciernes una nueva guerra en el escenario europeo. Freud tenía pocas esperanzas de que fuera posible, menciona que las pulsiones destructoras nos habitan, a pesar de los buenos ideales, y afirma que todo lo que trabaja en favor del desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra. Sin embargo, Freud aún no entreveía que hay una cultura que ha potenciado el consumo a niveles nunca vistos, que lejos de favorecer sentimientos de solidaridad potencia la violencia, la rivalidad y una  agresividad creciente


[i] https://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/117692-37474-2009-01-04.html

[ii] Las vidas palestinas también importan: como persona judía y experta en filosofía, Judith Butler repudia el “genocidio” de Israel en Gaza | Democracy Now!


La vida en una maleta. Por Maite Manzanares

“La esperanza no es lo contrario de la desesperación, es quizás una fe que nace de que les somos indiferentes a los dioses…que nos han dejado a expensas de nuestro don para explicar la niebla”.

Palabras del poeta Mahmud Darwish, poeta de Palestina y que hoy cobran más sentido aún. Mahmud Darwish es el poeta más conocido de Palestina y también del mundo árabe. Nace en el año 1941 en Birwa un pequeño pueblo de Palestina.

En 1948, siendo un niño de siete años, tiene que abandonar su pueblo con su familia de noche, porque habían entrado las milicias del recién creado estado de Israel y sus vidas peligran. Birwa es destruido. Inaugurando para sus habitantes una vida de continuo exilio.

Darwish escribe una veintena de libros de poesía además de otros de prosa autobiográfica, ensayística y epistolar. Con su obra hizo de la supervivencia una ética de la dignidad.

En estos días los sucesos que están ocurriendo hacen que recurramos a la poesía para poder resistir a tanta barbarie retransmitida en directo. Miles de niños y niñas han muerto en un mes y siguen haciéndolo. Mahmud Darwish habla de la importancia de la poesía como el lugar para preservar esa memoria cuando la tierra ya no es tal, cuando se va perdiendo y te van expulsando de ella y nos dice que la poesía es el archivo de los árabes y que si en Occidente todos los caminos van a Roma en el mundo árabe todos los caminos se dirigen a la poesía. Estamos viendo la destrucción de un espacio y de una gente y hay que contarlo porque si no borrarán lo que esto supone. Para Darwish Palestina es la historia del verbo y el que la escriba heredará su destino. Oír es existir. La naturaleza de esta Palestina siempre estará presente en el acerbo cultural.

LA TIERRA SE ESTRECHA PARA NOSOTROS

La tierra se estrecha para nosotros. Nos hacina en el último pasaje y nos despojamos de nuestros miembros para pasar. La tierra nos exprime. ¡Ah, si fuéramos su trigo para morir y renacer! ¡Ah, si fuera nuestra madre para apiadarse de nosotros! ¡Ah, si fuéramos imágenes de rocas que nuestro sueño portara cual espejos! Hemos visto los rostros de los que matará el último de nosotros en la última defensa del alma. Hemos llorado el cumpleaños de sus hijos. Y hemos visto los rostros de los que arrojarán a nuestros hijos por las ventanas de este último espacio. Espejos que pulirá nuestra estrella. ¿Adónde iremos después de las últimas fronteras? ¿Dónde volarán los pájaros después del último cielo? ¿Dónde dormirán las plantas después del último aire? Escribiremos nuestros nombres con vapor teñido de carmesí, cortaremos la mano al canto para que lo complete nuestra carne. Aquí moriremos. Aquí, en el último pasaje. Aquí o ahí… Germinarán olivos… De nuestra sangre. (De menos rosas/Mahmud Darwish)


Vivian Palmbaum es Psicoanalista, miembro de la Escuela Abierta de Psicoanálisis e integrante del proyecto Propuesta Tatu

Maite Manzanares es miembro de la Escuela Abierta de Psicoanálisis


 Hemos querido acompañar estas líneas de nuestras compañeras Vivian y Maite con un artículo escrito por Freud en 1930 sobre sus reticencias al sionismo.

El 26 de febrero de 1930, Sigmund Freud, escribió una carta sobre el futuro Estado de Israel dirigida a Chaim Koffler, miembro de la Fundacion para la Reinstalacion de judios en Palestina (Keren Havesod). La existencia de esta carta se censuró y se la mantuvo escondida. Jacques Le Rider la tradujo del alemán por primera vez, y fue publicada por la revista «Clínicas mediterráneas» (Nro. 70, Erés, 2004), acompañada de un comentario de Elisabeth Roudinesco, historiadora del psicoanálisis. (También el tema fue recogido posteriormente en Le Nouvel Observateur). [Información recibida a través de Manuel I. Santos y rescatada de atrio.org desde la Escuela Abierta de Psicoanálisis]

Mis reticencias sobre el sionismo

Señor Doctor,

No puedo hacer lo que usted desea. La reticencia de mi personalidad para interesar al público es inmodificable y las circunstancias críticas actuales no me parecen las mas adecuadas para un cambio de actitud. Quien quiera influenciar al gran público debe tener algo muy sorprendente y entusiasta para decir y mi juicio sobre el sionismo de ninguna manera lo permite. Tengo los mejores sentimientos de simpatía por los esfuerzos libremente consentidos, soy fiador de nuestra universidad de Jerusalem y me alegro de la prosperidad del establecimiento de nuestros colonos.

Pero, por otra parte, yo no creo que Palestina pueda jamás devenir un Estado judío ni que el mundo cristiano como el mundo islámico, puedan un día estar dispuestos a confiar sus lugares santos a que los guarden los judíos.

Me parece que hubiera sido mas atinado, fundar una patria judia sobre un territorio históricamente no cargado, pero ciertamente, se que por un designo tan racional, jamás se podría suscitar la exaltación de las masas y la cooperación de las personas ricas.

Concedo también y lamento que el fanatismo poco realista de nuestros compatriotas, tiene gran parte de responsabilidad para despertar la desconfianza de los Árabes.

¡No puedo experimentar la menor simpatía por una piedad sionista mal interpretada que hace de un trozo del muro de Herodes, una reliquia nacional y a causa de ella, desafía a los habitantes de todo un país !

Juzgue usted si con un punto de vista tan crítico como el mío, soy la persona que se necesita para jugar el rol de consolador de un pueblo embanderado en una esperanza injustificada.

Sigmund Freud

Vienne, 19 Berggasse, 26 février 1930

¿Qué esperamos de la política? de José Slimobich

Recuperamos algunas palabras de José Slimobich,  que cobran plena vigencia en tiempos de espejismo al que nos lleva el capitalismo:

¿Qué esperamos de la política? El Mesías, el político que viniera a redimir la situación, que nos ayudará a vivir mejor. Hay un goce mesiánico en el ciudadano que vota creyendo que su voto va a definir el retorno de algo que nos va a salvar finalmente. Hay un goce mesiánico en la acción política, por eso condensa tanta importancia, aunque cada vez menor, porque el sujeto se va alejando de ese goce frente a la decepción que le ocasiona, porque un goce necesita también cierta resonancia y en este caso lo que encontramos es que hay una figura que puede ocupar ese lugar. 

Cada tanto aparece  esa figura que nos dice que finalmente ha llegado la buena nueva, ha llegado este hombre que nos va a rescatar de la miseria, de la humillación y nos va a hacer sentir nuevamente la dignidad de la política, bla, bla,bla, mirad lo que pasó, bla, bla, bla y lentamente vemos como eso se derrite. El goce en exceso también tiene ese peligro; sube y luego cae, cae de un modo vertical.

Este fragmento es parte de un texto revisado, sobre El lugar del hombre en la sociedad patriarcal, una charla debate en Pamplona el 13.6.2019

Taller de psicoanálisis y lectura: No hay relación sexual. Sobre la lógica débil: negación/no-todo/chiste.

  • Emilio Gómez
  • Ariel Pablo Contini
  • Jorge Cano
  • Un payador lacaniano

    Coordinación: Emilio Gómez Barroso
    Buenos Aires/abril 2023

“Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha” (L´etourdit)

eap

Wilson Saliwonzyk «Soy un Gaucho Lacaniano»