Sábado 26 de octubre Sábado 2 de noviembre Sábado 9 de noviembre
Hora: 12 de la mañana (duración una hora y media) Lugar: CC Macedonia/ Sarmiento 3632 Arancel: 5.000 pesos (por sesión)
A cargo de Emilio Gómez Barroso
Desde los orígenes del capitalismo ha habido una tendencia, cada vez mayor, a no poder, si quiera imaginarse un mundo fuera del capitalismo. Es más algunos autores imaginan que el fin del capitalismo será el fin del mundo. La aceleración desmedida que imprime el sistema hace imposible pensar un posible freno. La pandemia del COVID que supuso un punto de inflexión nos hizo pensar que la amenaza iba a ser tomada en serio. Sin embargo, la crueldad se ha vuelto espectáculo, que consumimos sin apenas rozar nuestro corazón; una imagen cruenta es elemento suficiente para vaciar de pena el siguiente horror. La mirada acostumbra a colmarse con relatos de odio, que se han normalizado y se carga de pasión con eso que se ha dado en llamar la postverdad, que no es más que una mentira apasionada llevada hasta sus últimas consecuencias. El capitalismo forcluye el amor, como dice Lacan, que pobre e inoportuno que se presenta en el momento más inesperado, sin pensar mucho qué latir conquista y qué ser oculta haciéndolo más hermoso y misterioso porque ama algo más que el ser. El amor equivoca, mientras que el odio es certero, pues atina con el estómago de ese que quiere devorar al otro, suprimirlo, abusar de él, y hasta aniquilar su recuerdo. Empero una parte esencial del ser humano vive de eso que murió y vuelve una y otra vez a parecer como un fantasma que no deja de hacerse cuerpo. Es en la magia del lenguaje, la magia de la lengua donde se genera otra vez una especie de esperanza obscena, pues no deja de mostrarse. La figura de la mujer, que había sido invisibilizada bajo el dominio del hombre, apareció en el siglo XIX en la primera línea cultural, antes del sufragio universal. Ese lugar la ponía en una situación de desprotección. Siendo punta de lanza no tenía lugar en el Estado que protegía los intereses de un antiguo régimen sostenido en la revisión escolástica de Aristóteles, quien había proclamado la tríada de ordenación lógica: Dios, alma, mundo, metaforizada hoy en Capital, consumo, dominio, y otras visiones inflamadas. En este taller trabajaremos y reflexionaremos sobre los reflejos en la actualidad de la convulsión que supone una nueva reedición de la crueldad sistémica.
Textos de referencia:
“La lectura en la palabra: una escritura de lo real” José León Slimobich
“Filosofía en tiempo de descuento” José María Ripalda
“Umbral de época” José María Ripalda
“Contra pedagogías de la crueldad” Rita Segato
“De un discurso que no fuera solo del semblante” Jacques Lacan (Cap. 4 “Lo escrito y la verdad)
“La lógica del fantasma” Jacques Lacan (cap. 6 “el inconsciente y el ello”)
A cargo de Marta Berrocal, Pamela Monkobodzky y Antonia Torres
Módulo III Online 2024-2025. Info.: eapseminario11@gmail.com
¿Qué relación existe entre el inconsciente freudiano y el lenguaje? ¿Es posible separar el concepto de inconsciente de la presencia del analista? ¿Qué relación hay entre el concepto de transferencia y la repetición en la experiencia analítica? La transferencia en análisis, ¿es un motor, un obstáculo, ambos? ¿La repetición, es el resorte del encuentro siempre fallido? ¿Cómo podemos trabajar la pulsión a través del lenguaje?
Estas y otras preguntas guiarán nuestro recorrido en el estudio de los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, a través de la lectura de algunos Escritos de Lacan en diálogo con el Seminario 11. Realizaremos un recorrido a partir de estas y otras preguntas para adentrarnos en los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, así como una lectura de algunos textos de los Escritos de Lacan que nos permitan dialogar con el seminario
Para realizar la matrícula del curso escribir a: eapseminario11@gmail.com Puedes enviar cualquier consulta o duda a este mismo correo
La matrícula del curso será de 150 euros (80 euros para estudiantes) y de 50 dólares para America Latina. Les informaremos del modo de pago por email.
Umbrales de época El amor/ la rebelión sentimental/ lógica de los contrarios
Centro Cultural MacedoniaSarmiento 3632 Caba
Sábado 14 de septiembre 12 de la mañana Intervienen: Vivian Palmbaum / Ariel Contini / Emilio Gómez
Tras la presentación del libro de José Slimobich celebrada el sábado 14, compartimos los textos que se leyeron y debatimos así como algunas fotografías.
Secularmente la Iglesia ha tenido mucho recelo con las cuestiones que desestabilizan la lógica patrimonial, entre ellas una desconfianza profunda hacia el éxtasis femenino, capaz de detener el tiempo del progreso marcado por el cristianismo. Durante el siglo XIX se produjeron varios movimientos: Romanticismo, idealismo, y el movimiento goethiano de Sturm und Drang (tormenta y empuje) que cuestionaban profundamente la institución matrimonial, otorgando al amor una capacidad de transformación social que no se había producido anteriormente.
Apenas un arañazo a viejo régimen que designaba al hombre la actividad y a la mujer la pasividad, el hombre era adjetivado con cualidades animales y la mujer con epítetos vegetales.
Después empezó la guerra en mitad del siglo XIX, con la restauración de los viejos valores y que vació el siglo XX de toda esperanza con otras dos grandes y cruentas guerras, y la inclusión en lo íntimo del horror nuclear perpetuo.
Apenas una teoría poco asimilable mantenida sin la fagocitación total del capitalismo, el psicoanálisis, que posibilita una lógica de planta, incluyendo una negación que subvierte la imposibilidad de los contrarios. Este espacio propone una apertura a este debate. La aparición del libro de José León Slimobich “La lectura en la palabra, una escritura de lo real” implanta en la escucha una escritura que rema en contra de la lógica de los contrarios, intentando captar un lugar en lo real psíquico como poema abierto al ausentido, alejándose así de la cosificación fetichista y la instrumentalización binaria.
El dispositivo del pase planteado por Jacques Lacan …….. 03-05 José León Slimobich Pogarelsky Sobre el funcionamiento de cartel del jurado de pase …….. 06-07 F. Grinberg/M. Duro/P. Garrofe/B. Reoyo/P. Monkobodzky Pase 1. Seguir al pez en su nado vivo…… 08-18 Beatriz Reoyo Documento para el jurado del Pase .. … .19-21 Antonia Torres Resolución del cartel de jurado del pase… … 25-28 Escuela Abierta de Psicoanálisis Pase 2. La belleza de un agua enferma… … 29-33 Andrea Udiales Testimonio del pase Andrea Urdiales… … 34-37 Antonia Torres Testimonio del pase Andrea Urdiales… … 37-43 Fabiana Grinberg Resolución del cartel de Jurado de Pase… … 44-48 Escuela Abierta de Psicoanálisis Pase 3. LA TRAMA DEL TRAUMA. Del sentido a la poca cosa.. … 49-53 Carolina Laynez Texto para el cartel de jurado del pase. .. … 53-57 Laura Alonzo Texto para el cartel de jurado del pase. .. … 58-60 Emilio Gómez Resolución del cartel de Jurado de Pase. ….. 60-64 Escuela Abierta de Psicoanálisis
José León Slimobich Pogarelsky y Emilio Gómez Barroso
Introducción
• El ser que habla, el ser hablante, es poema • El analista lee en el texto, que le presenta el analizante • Lo que se despliega en los juegos entre el lenguaje y la lengua es la letra como plus de goce • Lo real que solo puede “leerse” desde un discurso • El goce está fuera del tiempo cronológico • La escritura interviene en la palabra y el leer se produce en ese acto, fuente del equívoco • Los sueños: la lectura en sentido doble • El escrito que surge en simultaneidad con su lectura • El cuerpo como síntoma: fragmento significantizado del goce •…no hay palabra sin escritura, ni escritura sin palabra. Y agregamos: no hay autor • Ungrund (fundamento del fundamento). Nunca se tendrá
“Y aun cuando se haga confirmar por una jerarquía. ¿Qué jerarquía podría confirmarle como analista y darle ese certificado?(…) Repudio ese certificado: no soy un poeta, sino un poema. Y que se escribe, pese a que tiene aires de ser sujeto. ” (Prefacio a la edición inglesa del seminario 11 de J. Lacan)
A los que ponen un lobo en su rostro cuando comen cordero Ceux qui mettent un loup sur leur visage quand ils mangent du mouton Jacques Prevert
José León Slimobich (con b larga para respetar la grafía de la confusión migratoria) Pogarelsky, siendo un psicoanalista, pensador, militante y hacedor de cuerpos poéticos, presente en múltiples foros psicoanalíticos, eligió desde hace más de 30 años, pertenecer a la Escuela Abierta de Psicoanálisis.
Se alejó con firmeza de la purpurina política que otorgaban los escenarios multitudinarios para trabajar lo que él mismo, a través de la lectura viva de Freud y Lacan, llamó el paradigma del leer. Slimobich (con b larga) entendía muy bien que la política necesita de la visibilidad, de la imagen, y también que las apariencias engañan. Basó este paradigma en el campo de la ética (que se alimenta más de la voz y el corazón), por ello para él un seminario central era la ética del psicoanálisis, y no cedió a ninguno de los cantos de sirena que despertaban su quehacer clínico para incluirlo en las cortes monárquicas.
Tentado por el campo freudiano para un lugar en su jerarquía eligió embarcarse en la fundación de la Escuela Abierta de Psicoanálisis junto con otros compañeros. Eso le hizo encontrar lo sorprendente en lugares que tienen más que ver con el arrabal (como el tango, su música) que con la ciudad dormida. Esta Escuela se fundó bajo el modo asambleario no jerárquico, ni democrático, desde la voz de la asamblea cada uno tomaba decisiones para allanar el camino al texto de los nuevos sentidos.
No dudó en frenar, driblar, correr hacia adelante, hacia atrás, volar, con tal de combatir el aburguesamiento del diván. Fundamos también Letrahora en un momento político duro, la enésima crisis argentina, leída por él como el nuevo laboratorio mundial de la precariedad y huida de capitales hacia lugares sin miedo. También leyó el casamiento de la ciencia y el capital que traería la licuefacción de los polos, porque sabía muy bien que el amo cambia los rumbos del saber instrumental para aprovechamiento propio. Eso es discurso, compañeros, y no un saber psicológico de la letra psicoanalítica.
Una época dura como la actual nos conminó a todos al aislamiento, pero aún así seguimos estableciendo contacto a distancia, no deteniendo el trabajo analítico, ni siquiera el político, José León siempre estaba ahí para escuchar y alentar nuevas ideas, incluso echar unas risas, porque el humor no faltaba, y hay cosas que no se pueden comprar. Comenzaron desde ahí a aparecer dosier en Letrahora que expresaban la inquietud del nuevo orden y jornadas que la pantalla posibilitaba.
Es difícil traducir esto a otras lenguas, pues el significado se confunde cuando la voz suena familiar. La traducción funda el equívoco de cambiar el sentido de las cosas cuando las palabras se escriben de manera parecida, los falsos amigos del lenguaje y la política se surten de la fe y la desesperación, pero Pepe no era un hombre de fe y tampoco se dejaba llevar por la impaciencia. Sabía muy bien que la repetición era el lugar de lo inconsciente y que siempre aspira a la novedad, eso no le arredraba… Esperaba, pues su descanso era una letra que a los orillados nos transmitió como lugar de la desapropiación, de la desapropiación de sentido y de la desapropiación del yo. Un lugar vacío hecho de voz dormida, de mirada ciega, de resto y del sabor de inútil que marca el lenguaje poético y que permitió hacer cosas que ninguno de nosotros hubiéramos sabido hacer desde la reflexión y el pensamiento, decía: uno hace más con lo que no sabe que con lo que sabe, eso me llegó directo al corazón.
Implicaba esto ya una acción, la del no saber, la del no tener ni idea, transmitió muy bien que la posición del psicoanalista es no tener ni idea, y aun así no desesperar, lo importante es el discurso, no la normalidad.
Deja muchas cosas, muchos caminos abiertos, mucha letra viva y soñante, porque conocía muy bien que el sueño es un lugar atemporal donde habitan las letras por venir, quedan muchos pedazos rotos y ese lugar que dejó para ser hablado de nuevo. Vaya nuestro sentimiento más cordial hacia la familia y amigos.
Un abrazo enorme amigo y compañero.
Emilio Gómez Barroso Presidente de la Escuela Abierta de Psicoanálisis en España
Viernes 1 de noviembre a las 18.30 h. Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1543, CABA
Intervienen: Ricardo Forster/Dr. en filosofía,
Pablo Garrofe/psicoanalista y escritor,
Vivian Palmbaum/ psicoanalista y parte del equipo de edición,
Presenta: Emilio Gomez Barroso, filósofo y psicoanalista de la EAP
Dice Juan Gelman «La poesía es resistencia, justamente contra este mundo tan sombrío en el que estamos viviendo de manera tan mercantilista, donde se nos quiere amputar el espíritu, donde se nos quiere uniformar para convertirnos en tierra fértil para cualquier autoritarismo. La poesía enriquece a quien la lee y le descubre espacios interiores que ignoraba tener y que por eso no tenía».
Los textos reunidos en este libro constituyen nuevos aportes al Paradigma del Leer y toman como base el exergo que se halla en el prefacio de la edición inglesa del Seminario XI de Lacan: “y aún cuando se haga confirmar por una jerarquía. ¿Qué jerarquía podría confirmarle como analista y darle ese certificado?(…)Repudio ese certificado: no soy un poeta, sino un poema. Y que se escribe, pese a que tiene aires de ser sujeto”.
Este exergo que rescata Slimobich nos dice que el serhablante es poema, tal su propuesta que dice nos protege del ruido del lenguaje, de la proliferación del sentido que como ruido nos aturde, nos confunde en las tramas del dominio que nos propone este sistema de producción y consumo. Slimobich hizo de la lengua poema, pero como un poeta comprometido con la realidad que circula en las calles.
Pese a que la época de la mano de la ciencia, como su herramienta, nos enrostra una locución sin sujeto llamada inteligencia artificial, el psicoanálisis nos propone leer en la palabra como un método que parecería más cercano a una mística que a una ciencia que avanza dejando fuera a la persona humana. Esta compilación de textos nos al psicoanálisis como una praxis que se hace teoría, que muestran a un sujeto atravesado por la época, donde la memoria es el presente.
En la Ciudad de Buenos Aires se realizó una gran movilización de resistencia frente a la política del Estado nacional de cerrar el Hospital en Red Laura Bonaparte. Este es un centro de referencia en el tratamiento interdisciplinario de las adicciones, y de la salud mental, con atención de demanda espontanea las 24 hs. los 365 días del año. Esta medida causo gran conmoción y la consiguiente movilización en las puertas de la institución, con una permanencia y pernocte de trabajadores y trabajadoras, pacientes, organizaciones sociales y la comunidad psi. Esta gran movilización y el impacto en la opinión pública obligaron al gobierno a retroceder con la medida. Sus trabajadoras y trabajadores se hallan en estado de alerta.
Compartimos unas palabras de un trabajador del hospital
Por Alejandro Fernández, trabajador del Hospital Laura Bonaparte
Morir, la muerte, es acaso la única certeza que podemos tener sin temor a equivocarnos. Sin embargo, resulta imposible la certeza del momento y la forma en que la muerte ocurrirá. Algunas veces es un proceso largo, que requiere cuidados y que a su vez ofrece la oportunidad de reconciliaciones (con otros, con uno mismo) y despedidas que servirán de alivio o consuelo al momento de aceptar que algo amado ha sido perdido. Otras, es un instante en donde algo vivo se interrumpe trágica y definitivamente, sin ofrecer nada; y el consuelo es lejano y sin nombre. Esa muerte se nos presenta inexplicable y deja una sensación de crueldad: algo ha sido cruel con nosotros, una crueldad que es más cruel porque es injusta e innecesaria, como toda injusticia, como toda crueldad.
Y entonces aparece la locura que arrasa, desfigura, enajena y asusta; el loco se va quedando solo, porque lo vamos dejando solo, porque nos muestra algo así como un espejo de circo, donde somos nosotros pero no; y ese miedo nos rompe y la distancia nos hace creer que estamos a salvo, que no somos eso que se nos presenta como reflejo ominoso; y el loco se va acercando, lo vamos empujando hacia una muerte cruel, injusta, de soledad innecesaria.
Pero la locura nada tiene que ver con la muerte; es, quizás, la forma más salvaje que un desahuciado encuentra de aferrarse a la vida; y ese arrebato final, ese salto al vacío en el que se eterniza el destronado de alguna felicidad, no nos muestra el horror del loco, nos muestra el limite final de un valiente, el borde simple de nuestra cobardía.
¿Y el amor? El amor anda por ahí para inventarle al loco alguna forma de hogar; a veces es un abrazo, otras un pucho compartido en silencio, un mate lavado que se renueva con yerba seca y agua caliente, ver llorar, en fin, acompañar en el dolor a ese que acaba de llegar de una guerra nuclear que ganó apenas ayer; decirle a otro en voz muy baja que ya es hora de disfrutar una buena ducha; decir NO y aceptar ser por un rato el lugar para su bronca y decepción infinitas… y así, día a día, en el hospital, en el consultorio, nosotros los cobardes nos asomamos al vacío, y acompañamos la salvaje valentía de ese que se anima a soportar seguir viviendo a pesar de que una vez y para siempre supo que no valía la pena.
Los que conocimos a José Slimobich, los que le acompañamos en su periplo de enseñante del psicoanálisis, los que fuimos sus analizantes, cuando en España no había analistas o apenas, asistíamos atónitos a cómo era posible una ciencia que hundía sus raíces en el campo del goce.
Fundamentalmente las publicaciones de J. Slimobich han sido colectivas, desde “el leer en el habla”, “la marca del leer” y “Amor y deseo en la civilización del odio”. Todas ellas han sido publicaciones colectivas. Fiel en esto a la transindividualidad del sujeto y a la importancia de lo colectivo que quedó reflejado en un título de la revista Letra-Hora y en su participación política en su país natal: Argentina.
Queda una más: “El psicoanálisis en la actualidad”. Y junto a estas: otras dos a nombre propio: “Que es un niño en psicoanálisis?” y El paradigma del leer. Podemos decir que ésta última marcó un giro en su enseñanza… Seguir leyendo:
Este escrito emerge del espacio de supervisión grupal con José Slimobich, donde se propone un breve material y su lectura, para mostrar que allí que de la escritura en las palabras del analizante deviene el poema.
Es la flor de nomeolvides. Símbolo de los amores eternos y de la memoria, dice elsignificado de la flor.
Esta pequeña historia no sigue una escritura lineal y convencional, sino que va por los atajos, por un ritmo de transferencia. ¿Qué dimensión tiene la transferencia?: Quizás algo que tiende al infinito y resuena en el cuerpo provocando ondulaciones.
Un viernes a las 14 horass ha sido el encuentro de formación, el segundo del grupo, no sabíamos su extensión y nos anticipaba al estudio y la proximidad de un posible libro:
“Nuevas aportaciones del paradigma del leer”. El énfasis es como un analista puede leer el texto de su analizante. Cómo deviene en poema esta lectura.
El poema es el nombre encontrado; el formar cuerpo con la lengua es el poema. Al decir de Pascal Quignard: “Para procurar una definición precisa del poema, quizá hay que convenir en decir sencillamente: el poema es exactamente lo contrario que el nombre en la punta de la lengua”.
José Slimobich presenta el relato de un sueño:
“El sujeto que habla plantea que hace tiempo no visita la tumba de su madre y esto le molesta. Se lee: “no me olvides”. Este verso es muy interesante, pues muestra que el que llega hasta el hablanteser lo hace desde la tumba, desde el más allá. Este verso merece un desarrollo más extenso, pues si bien todos los fragmentos que presentamos apuntan a movimientos del cuerpo, este nos muestra algo muy preciso.
El sujeto padece de este olvido de visitar la tumba de su madre, sufre por ello, pero sufre también de no lograr los éxitos que ambiciona, que son muchos y esforzados.
Pertenece a una familia de origen humilde y el progreso es el santo y la seña de su acción… Ser recordado por sus logros. La asociación con el verso presentado lleva a enlazar que una operación reciente de columna que tuvo también la padeció su madre y que un problema estomacal muy serio, que también sufre, era el padecimiento que llevó a su madre a la muerte. Por supuesto, apela al saber médico, como es lógico, pero se percata de algo extraño en tanto su cuerpo es igual, en sus padecimientos, al cuerpo materno. En principio, esto le muestra algo: podrá olvidar, pero su cuerpo recuerda perfectamente el entrelazamiento de los cuerpos. Hilos invisibles, como antes hemos señalado, marioneta de ese no me olvides”
Es como si la voz que leo en los márgenes fuera una voz distinta, que no se desborda de su cauce. Surgen estas asociaciones: como la flor no me olvides…. Cómo la flor del aniversario del genocidio armenio. El bolero que escuchaba mi madre….
“Las palabras que dicen el sueño parecen extranjeras al mismo, pero ellas revelan al soñador, a veces son un relámpago, alguna solución o una anticipación”. Para Lacan lo real del inconsciente es un “tejido de palabras”, que se presenta al sujeto como enigmático.
Saber que un paciente no es un organismo formado por órganos, sino que puede devenir sujeto cuyo cuerpo gozante, se halla atravesado por el lenguaje. Saber que podrá revelarse un deseo porque hay inconsciente, porque a nivel del lenguaje algo escapa a la conciencia. El lenguaje toca al cuerpo sutil.
La escritura, letra del goce, que se lee como significante, sitúa lo real en el centro ausente de la falta en ser, en su pura exterioridad. Es importante remarcar que los significantes que introducen el goce en el cuerpo, no son los mismos que se dan a leer. Pues estos últimos ya no están situados respecto a la sustancia gozante, que han introducido los primeros, sino que son producto de la letra que deviene de un cierto orden del espacio llamado Nudo Borromeo. Ese decir no transcurre en el tiempo, sino en el espacio, es borromeo y nada le debe al sonido. Es la separación de lo fonológico, el campo propio del escrito. No es lo real como imposible, sino que es lo real posible de ser escrito, y por ello Lacan sitúa el nudo de lo real y lo real del nudo. Es lo real que solo puede “leerse” desde un discurso, no lo dicho, sino el decir. Esa letra hace operativo el concepto de goce, nos permite hacer con este parte de una lógica discursiva, siendo aquello que surge y se estabiliza en la repetición.
El sujeto recorre a tientas la existencia y se plantea tareas titánicas que su fragilidad puede malograr. A veces nadie sabe de esta intimidad persistente, pero hay un ritmo, una musicalidad que se llama vida.
Cada paso lo siento que retumba y vibra en una pequeña circunferencia y en mi pie, como dice Lacan que se piensa con los pies.
Cada tanto recordando esta última clase me veo interrumpida por un frescor que me rosa, tu presencia y voz, y cómo un recuerdo puede desencadenar diversas emociones. Vivir un poco consecuente con lo que uno cree que anhela, sin melancolizar la pérdida y la ausencia.
Queda el legado de tu libro, que los colegas de la Escuela le dieron el formato necesario.
¿Qué nos humaniza? Todo sujeto habita una extranjeridad en relación a la lengua, a su historia y la de sus ancestros. Ese puente entre lo mortal y lo inmortal, entre su voz y las voces de los muertos constituyen al sujeto. Recuerdo el concepto de transindividual: “El sujeto del inconsciente es transindividual. Pero en eso más allá del ser individual, se juega lo profundo singular. La historia, la trama, que se realiza entre una pequeña voz familiar y la estructura de la sociedad y la cultura de mi tiempo. Que recoge las historias y las culturas, y las lenguas. Sobre todo la transmutación de los sentidos que las lenguas proponen. Y no se opone singular y universal, pues el sujeto es lo particular capaz de universalidad. Y es en esta singularidad donde encuentra su dimensión social, a tal punto que es indistinguible el síntoma particular del síntoma social. El puente es el discurso.”
Lacan plantea que para el psicoanálisis la escritura poética tiene un valor que abre una dimensión diferente de la interpretación analítica. “Cuando el analizante habla, con suerte a veces deviene un poema, poesía” y esa es una vía privilegiada de acceso a lo inconsciente.
Al decir de José Slimobich: “Si algo vivifica es el encuentro con la letra, la ruptura del sentido común, como experiencia cercana a la poesía, el arte que se anima a jugar con el vacío necesario para un discurrir menos mortificante de la existencia”.
¿Acaso los sueños no pueden ser pensados como producciones de lo inconsciente que nos presentan letras que rompen el sentido común, como lo indescifrable que nos interroga?
El psicoanálisis comienza por y con el desvío, por y con la desorientación, por y con la posibilidad de perderse de un saber dado; haciendo de la lectura, equivocidad; haciendo vacilar los sentidos establecidos. El cuerpo se precipita en la lectura. No hay cuerpo sin lectura.
El poema es la interrupción noble de un silencio, de ese silencio que reina, maravilloso, en el mundo, mientras no es derrotada la emergencia de un continuo que está, que puede ser o no ser nítidamente evidente.
Quizás es un intento de poetizar esa clase, esa clase devino en poema por la resignificación, o es el doblez de la lectura, nomeolvides…
Leyendo un libro de poesía de Juana la Coja: “Un rompeola en el fregadero” un recorte del poema:
“Quise decirle, mi general, que del mar ya no quedan flores y plantamos nomeolvides, como era despedirse sin moverse porque al irse ya no somos persona, sino lugares.
Se nos mueren las ciudades que otros viven, mudarse, irse. Volver. Porque nadie vuelve, mi general, todo son despedidas que empiezan y no terminan. Porque nadie vuelve, mi general, pero nadie se va. Todos los lugares que te han visto se quisieron ir contigo, pero al no poder moverse, te dejaron dentro. Así, habitas cada sitio que has conocido»…
Enfurecer, enojar, enfadar, cabrear, exasperar, enervar, indignar, airar, enconar, sulfurar, crispar, encrespar, molestar, jorobar, excitar, encalabrinar, rabiar, agallarse… y la lista de sinónimos castellanos para la palabra irritación puede variar según el diccionario que se mire. Sabemos por nuestra experiencia que es una impresión sentida.
La filosofía a lo largo de las épocas ha trabajado alrededor del concepto de las pasiones. Solo basta con mencionar a algunos filósofos como Aristóteles, Spinoza o más acá a Descartes. Su abordaje pareció ineludible porque las pasiones revelaban un afecto sentido alrededor del cual se buscaban explicaciones. Freud nos llevó de las pasiones a las pulsiones, cuando descubrió que la complementariedad biológica en el humano reside en esa pérdida que introduce el lenguaje. Fue así que elaboró el concepto nodal de la pulsión, que mas allá del principio del placer estableció como pulsión de muerte. Luego Lacan, releyendo la filosofía situó las tres pasiones del ser: amor, odio e ignorancia. Conceptos todos ellos que parecen teóricos pero sin embargo tienen su asiento en el cuerpo. Por ello podemos decir que la experiencia del psicoanálisis más bien toma el lugar de una práctica de lo singular.
Dicho esto, además podemos situar que tanto Freud como Lacan abordaron la angustia como ese sentimiento real que conmueve, “un afecto que no engaña”, agujero en el sentido del que brotan sentimientos que muchas veces se presentan como enigmáticos, sin explicación. A riesgo de generalizar, podemos pensar que muchas veces la irritación podría tener una íntima relación con ese afecto que no engaña.
Mark Fisher nos acercaba con su abordaje de la realidad en el capitalismo[i], que “el capitalismo se alimenta del estado de ánimo de los individuos, al mismo tiempo que los reproduce”. El psicoanálisis ha trabajado alrededor del discurso capitalista y la reproducción del odio, porque el amor es un don, fuera del mercado de lo que se compra y se vende, y este sistema ha mercantilizado todo lo que alcanza, reproduciendo como una medicina dosis de individualismo, miedo, terror y el consiguiente aislamiento que pandemia mediante se han intensificado y que lejos de volvernos mejores, como en un momento quisimos creer, nos ha vuelto despiadados individualistas. Lo dicho se acompaña de la explosión de nuevas dinámicas que basadas en el anonimato, como las redes, multiplica la crueldad sobre el otro. Lo dicho se contrapone al protagonismo del feminismo, que derribó la puerta del poder patriarcal y aportaron nuevos sentidos, que a la vez generaron muchas reacciones en tanto conmovieron la estructura de ese poder.
Ahora bien, quizás un salto para acercar alguna cuestión respecto de la irritación que circula entre nosotras y nosotros. Una joven llega a la consulta diciendo que tiene sentimientos inexplicables de fastidio, de una molestia extrema, como si tuviera la piel enrojecida por el sol y nada la puede tocar porque le arde. Esa sensación aparece como indescifrable, a primera vista, la va sacando de lugares, de relaciones, porque tiene poca o ninguna tolerancia a lo que se dice a su alrededor. Se impacienta, aunque entiende que se encuentra en una situación cuyo contenido no tiene que ver con lo que hacen los demás puntualmente.
Podríamos agregar entonces que el psicoanálisis como clínica de lo singular, no puede desligarse del contexto social desde donde se produce la subjetividad, que adviene como el modo en que se inserta lo social en lo singular. Posición ética porque lo contrario sería perpetuar el aislamiento. No vamos a ahondar en la historia particular sino mostrar las coordenadas desde donde la misma se escribe.
Las respuestas son múltiples, y pueden apreciarse en la vida cotidiana, en redes, en las calles y en situaciones de intolerancia como la ocurrida hace pocos días donde un hombre, produjo un crimen lesbo-odiante hacia cuatro mujeres, que vivían precariamente en una habitación de un conventillo, pereciendo tres de ellas. Pocos días antes, el biógrafo de ultraderecha de Mi-ley, hablaba de la homosexualidad como una conducta insana, este argumento fue parte del discurso de campaña del entonces candidato devenido presidente. El odio se expande desde diferentes usinas y ha tomado como modelo a la intolerancia, la agresividad entre algunas de sus manifestaciones, que además también es patrimonio de los discursos progresistas y del campo popular, que descalifican y anulan las palabras de quienes piensan diferente, convirtiéndolos en enemigos.
Quizás entonces una primera aproximación a la irritación sentida, esa que nos alcanza es que es el eco que proviene de otro lugar y que se hace carne en las historias singulares, como un afecto que no engaña porque sale de las pantallas para volverse realidad en lo singular. Fue Freud el primero que nos mostró un mal de la época, como la histeria, y podríamos decir que el neoliberalismo ha introducido el odio y la intolerancia en la actualidad como un padecimiento del que ojalá nos podamos librar. No será sin una escucha atenta y respetuosa de las palabras de la diferencia con las cuales hay alguna posibilidad de construir otra cosa.
[i] Mark Fisher, Realismo Capitalista, ¿No hay alternativa?, Ed. Caja Negra
El 24 de marzo de 1976 se inició en nuestro país, en consonancia con la región, una dictaudra que se sostuvo a fuerza de persecuciones, asesinatos, desapariciones, tormentos, campos de concentración y se hace difícil continuar enumerando una lista de vejámenes que aún no se hallan esclarecidos y que ofenden la condición de humanidad. El régimen vino a dar por terminado un gobierno que estaba próximo a las elecciones democráticas. El peronismo que había sufrido la proscripción durante 18 años, con una feroz persecución y muertes, donde estaba prohibido hasta nombrarlo, había podido retornar a la vida democrática y ganar las elecciones en 1973 hasta que a principios de 1976 fue derrocado por la fuerza. Así es que destruir es conservar. Fue entonces que aquella proscripción forjó un movimiento de resistencia frente a la barbarie de sucesivos gobiernos de las fuerzas armadas. Lo que siguió a ese 24 de marzo fue el período más negro de la historia reciente de nuestro país.
La memoria se ha abordado de distintas maneras. Memoria y olvido conforman un continuo, sin embargo la negación de la memoria es una acción de la voluntad humana a diferencia de lo que se olvida que pertenece al plano de lo involuntario e inconsciente. Dichos recuerdos retornan muchas veces de otros modos, Freud nos lo mostró en la psicopatología de la vida cotidiana, con los olvidos de nombres propios, en los sueños, y en otras formaciones del inconsciente donde algo de eso reprimido ha sido tomado bajo una forma menos advertida y se presenta como una extraña a nuestra intelección.
La memoria muestra su carácter de ficción, construida con retazos que vienen a nuestro encuentro y bordean un centro ausente, porque no hay un todo que completar. Sin embargo la historia de los pueblos constituye un fondo común que es fuente de cohesión entre quienes habitamos los mismos territorios. Fueron los testimonios de las y los sobrevivientes, en los juicios de Lesa Humanidad, los que permitieron reconstruir ese rompecabezas que hace a nuestra memoria colectiva. Algunas palabras, como nos enseña el psicoanálisis, vibran en el cuerpo, con un peso significante en nuestras vidas. Es desde ese centro ausente que la palabra desaparecido adquiere sus resonancias. Una palabra que pronunciada por un genocida muestra que ha quedado elidido el término “forzada”, porque aquellas desapariciones fueron forzadas. El dictador Videla interrogado acerca de la desaparición de personas decía: “ni vivos ni muertos”, para referirse a unas vidas que quedaron en suspenso, que continúan suspendidas porque no tenemos rastros de esa cifra, 30.000, que constituye el corazón de la memoria corroída por el dolor. Pero no solo han hecho desaparecer esas vidas sino que también las identidades de personas nacidas, hijas, hijos, nietas y nietos, han sido usurpadas y estos crímenes no cesan de escribirse.
Escribía Jean Luc Nancy sobre la Shoah, que “saber una verdad acerca del mal no lo cura”. Es entonces que no es la rememoración lo que nos salva de la repetición, sino es su elaboración, no como una memoria estática que como un monumento hay que honrar, dejándola congelada. Nos vemos entonces con una memoria presente, una visión del mundo que en aquel entonces se quiso imponer y que no fue esclarecida, porque sus responsables no fueron interdictos, ni juzgados, sino que solo alcanzó a quienes lo ejecutaron a través de las armas y de las más crueles maneras de exterminar, que aún no terminan de ser juzgados. Estos verdugos se encargaron de instalar la lógica de la sospecha, “por algo será”, para intentar borrar las huellas de una sociedad solidaria. Detrás de las más bestiales y feroces acciones se escondía la instalación de un régimen económico que nos dejaría sumidos en un sistema económico inescrupuloso que nos volvía (y nos vuelve hoy) un poco descartables. Quienes se vieron beneficiados, y aún se favorecen, fueron los grandes capitales transnacionales que gozan de impunidad. Vemos entonces el retorno de aquello mudo, que fue silenciado, escondido, omitido bajo unas nuevas y feroces políticas que se actualizan para intentar mancillar la condición humana de quienes vivimos en esta tierra. El terrorismo de Estado de aquel entonces, ejecutado por la fuerza de las armas, fue una dictadura cívica, militar y eclesial que aún nos compromete, a través de nuevos rostros, con discursos más refinados, con una artillería mediática que aprovecha la grave crisis de representación que nos ha dejado a merced de nuevos buitres.
A poco de constituirse la ex Esma en un Espacio de Memoria, el periodista e historiador Osvaldo Bayer afirmaba que hemos olvidado que somos hijos de la tierra, un vínculo que se ha borrado a la par que avanza el daño irreparable que provoca la mercantilización de la vida. Nuestras memorias hunden sus raíces en tierras que fueron colonizadas a fuerza de exterminio y borramiento de nuestras ancestralidades. Sin embargo, la incansable búsqueda y firmeza de Madres y Abuelas es la que nos guía para continuar resistiendo y enfrentando a un nuevo viejo poder que reivindica la muerte por sobre la vida.
¡30.000 detenidos y detenidas presentes, ahora y siempre!
A cargo de Pamela Monkobodzky, Marta Berrocal y Antonia Torres
¿Cuáles son las consecuencias del inconsciente Freudiano? ¿Como se presenta el concepto de repetición en la experiencia del psicoanálisis? ¿Cuál es la autenticidad del amor tal como se produce en la transferencia? ¿Pertenece la pulsión al registro de lo orgánico o el campo del instinto ya no es suficiente?. Realizaremos un recorrido a partir de estas preguntas para adentrarnos en los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, en cuestiones relativas al sujeto del inconsciente y a los síntomas de la contemporaneidad.
Las reuniones serán los jueves alternos con una periodicidad de dos semanas. Comenzarán a las 20 h de España y 16 h de Argentina a través de la plataforma Zoom. correo a eapseminario11@gmail.com
Las reuniones serán los jueves alternos con una periodicidad de dos semanas. Comenzarán a las 20 h de España y 16 h de Argentina a través de la plataforma Zoom.
La matrícula del curso será de 150 euros (80 euros para estudiantes) y de 50 dólares para America Latina.
Número de cuenta para Europa: ES48 01829465650208451475Bizum al: 658 50 71 89