Fundamentos de un grupo de lectura

La fuerza de las palabras nos permite resistir a la muerte provocando esa belleza que nos hace vivible la vida.
En recuerdo de nuestra compañera
Raquel Martín

Miembro del Grupo de Lectura de Granada

Sillas1F
rente a la crisis del sistema capitalista y su correlato del ?nada es posible?, mantenemos en pie un Grupo de Lectura; espacio de diálogo cívico, de colectivización de búsquedas y propuestas de aquello que en tanto ciudadanos nos preocupa. Tomando como herramienta las posibilidades que nos brida la formulación del «Paradigma el leer» vemos qué hacer en lo político y en lo social.

1. Los comienzos

E
l Grupo de Lectura (GL) de Granada surge vinculado al Centro de Estudios Freudianos de Granada en el año 2005 a instancias de una propuesta realizada por José Slimobich, psicoanalista miembro del CEF y de Analytica B.Aires. Sociedad del Psicoanálisis en la Cultura. Grupo entonces vinculado a un discurso psicoanalítico, el comenzado por Sigmund Freud y continuado por Jacques Lacan.

L
a propuesta que se hizo fue: formar lectores que puedan trabajar en distinta instancias o grupos sociales como coordinadores/lectores grupales. Es por tanto un grupo que pretender aprender una técnica: la lectura en el habla. Técnica que se asienta en El paradigma del leer aislado, por José Slimobich: «mientras se habla el inconsciente escribe; si hay lector para ello».
Si
multaneidad lecto/escritora que se prorroga como forma de trabajo en el GL: nuestra labor se enmarcará en la lectura y en la escritura.
P
ero tratándose de lectura debemos distinguir dos tipos de lecturas:
La lectura de los textos que orientan nuestro trabajo.
Empezamos leyendo le seminario nº 7 «La Ética del psicoanálisis» ( J.Lacan ); proseguimos con «La sesión y su texto» (J.Slimobich).El libro «Violencia sobre la mujer» (Ediciones Eunate.2005), de los compañeros del Instituto de Psicoanálisis de Pamplona , nos propició la participación ,en tanto que lectores, de la presentación que del libro se hizo en Granada en junio del 2006.
Los escritos remitidos por el Grupo de Lectura de Pamplona; trabajos publicados en distintos números de la revista Letrahora;»Psicología de las masas» S.Freud; el primer monográfico de Letrahora:»Lacan: El paradigma del leer», (J. Slimobich ), etc.
Todos estos textos bajo un común denominador que hemos ido constatando a lo largo del trabajo: no son cualquier texto; producen sus efectos en y entre los participantes del grupo. «”En el acto del leer el libro somos leídos por él. El libro lee el deseo inconsciente y nos toma más allá de nuestra voluntad. Hay lecturas que, por comprometer hondamente el deseo, no podemos realizar.” 1
La lectura de lo que el grupo, como cualquier otro grupo, al ser tomado como hablante da a leer, por lo que puede ser tomado como si de una narración se tratara
Se trataría de leer en un grupo las diferencias, sus venturas y desventuras, el entramado imaginario en función de lo que el grupo toma como sus objetivos y que tienen siempre la característica de ser otra cosa distinta, algo más diríamos, de lo que cada miembro, como sujeto, pretende.
E
n el GL se arma otro texto que en este caso se compone no sólo de lo que allí expresamos sino también de nuestra producción escrita ,de los e-mails que va y vienen circulando entre nosotros; verdadera trama que el grupo produce en su laborar.
_________
1. José L.Slimobich: Lacan:El paradigma del leer.MonográficosLetrahora
P
ara comprender qué quiere decir que «el inconsciente escribe», tenemos que comenzar diferenciando dos modos de escritura:
A) Esto que, como ahora, se está redactando para darlo a leer en la revista Letrahora; lo que se vierte al soporte papel en el quehacer literario; lo que los miembros del GL escriben y ponen en circulación a modo de producción entre los miembros del GL.
B) Lo que se «escribe» en la palabra hablada y se puede leer si hay lector para ello. Aquello que habla en nosotros , de nosotros, sin que sepamos a ciencia cierta de qué se trata; lo que alude al concepto de inconsciente; inconsciente que no es sin el lazo social, pues lo importante, en nuestro trabajo de coordinadores/lectores será poder situar en qué punto el sujeto se identifica al discurso y a qué tipo de discurso; sujeto que no es el yo ni la persona pues el sujeto es transindividual, va más allá de lo individual y por lo tanto en el grupo no se trata de la individualidad de sus componentes sino de comprender algo de lo que sucede al sujeto contemporáneo en sus síntomas; de leer en ese malestar que Freud situó en la Cultura y en la cotidianeidad.
T
exto por tanto que no deja de escribirse y que es susceptible de leerse si hay lector para ello, insistimos.
2. Desarrollo del Grupo de Lectura

E
ntonces algo colectivo nos convoca e interesa. Un lugar de diálogo amable; de intercambio de trabajo, de propuestas; lugar también en el que se propician lazos sociales no disponibles habitualmente ni en la sociedad ni en el Estado.

C
omo grupo sabemos de los avatares que lo grupal conlleva, no nos amedrentamos ante ello puesto que queremos hacer la experiencia para luego, ya veremos cómo, poder hacer algo en lo político y en lo social; es por ello que sabemos que además de la tarea que nos espera, en el sentido de los textos que vamos a trabajar, tendremos que ir lidiando con el grupalismo; con los efectos perversos que todo grupo suscita. Poder, liderazgo, intransigencia?
L
os grupos no son sólo necesarios, son imprescindibles en el intento de abordar distintas cuestiones; vivimos en el interior de los grupos y por ello puede ser tomado como un dispositivo facilitador de los vínculos sociales, porque más allá de las particularidades de cada cual, pero sin ser estas dejadas de lado, hay una participación en algo común: en lo que se comunica.
N
os sabemos sujetos de un discurso y que en la esencia de ese sujeto está el Otro del lenguaje.

E
n el grupo no hay obligación de realizar un trabajo individual; ni de leer todos los textos que se van proponiendo; tampoco la asistencia es tomada en cuenta; hay un tiempo para el trabajo que pone en entredicho las urgencias; nos damos nuestro tiempo.

H
ay entradas, salidas y permanencias entre sus miembros; en todo caso sí mantenemos una circulación de las cuestiones que se van tratando; hay momentos de mayor fluidez y momentos de detención en los que el coordinador anima con su trabajo con sus lecturas de lo «dado a leer», a que el grupo no se quede estancado, no se impotencia y pueda proseguir.

C
omo mostraremos más adelante, se presentan lecturas por parte del coordinador que tienen sus efectos en la tarea del grupo; en los grupos ya se sabe que las cosas nunca van sin problemas; pregnancias imaginarias, yoismos, malentendidos… y el nuestro no es una excepción. Los integrantes de este grupo tienen cada cual sus trayectorias propias en relación al discurso analítico. En el grupo habrá analistas y no-analistas pero se deja claro que no se trata de un grupo de formación de analistas; ni que sea condición para el acceso al lugar de lector grupal la condición de analista. Formación de lectores en lo grupal: eso es lo que nos convoca.

C
omo modo de ilustrar la manera de trabajar en nuestro GL mostraremos dos ejemplos.
1º. En cierto momento de desarrollo del grupo éste se muestra desorientado, con pocas ganas de trabajar. Uno de sus integrantes más asiduos había dejado de acudir. Teníamos informaciones diversas sobre su ausencia. En principio no parecía relacionado con el grupo.
El coordinador lee: caída.
Y
esa lectura produce efectos de verdad en el grupo; levanta cierto obstáculo para pensar lo que cae, lo que se pierde. Para poder entender qué es el norte para el grupo y para cada cual de sus integrantes. ¿Hacerse analistas? ¿Leer en lo social? El grupo se transforma pudiendo realizarse cierto duelo ante la ausencia de uno de sus integrantes.
2º Otro ejemplo.
A
propuesta de algunos miembros del GL se sugiere la incorporación de un nuevo integrante. El coordinador haciendo uso de una condición de constitución del Grupo-la admisión de nuevos integrantes la regulaba él- explica porqué no admite la propuesta.

M
alestar en el Grupo; opiniones encontradas sobre la exclusión/inclusión, momento de tensión que pone al grupo en aprietos; cuesta reunirse, dificultad para el trabajo; hay quejas, diríamos, sobre la posición que adopta el coordinador.

E
l coordinador muestra cómo se puede tomar el malestar expresado en el grupo de dos modos ,bajo dos registros:
Escuchado desde el registro Imaginario el malestar suena tronante, con sentido finalista, consistente, sin labilidad. Podríamos decir que «sin posibilidad de dialogar». Ante esto el coordinador indica:
? ¡ Cuidarse del imaginario!?. Tenemos que intentar pasar la discusión, el malestar, por el registro de lo simbólico. La palabra exclusión, por ejemplo, aireada en el debate, no existe en el lenguaje de Lacan. Sabemos que lo que no conseguimos en lo imaginario se siente como falta en lo real y eso es lo que no se soporta. De ahí deviene la queja como intento de clausura, de sutura.
b) Si la discusión emplazada se escucha teniendo en cuenta ese otro registro llamado Simbólico podemos ver cómo lo que está en juego tienen que ver con la Ley.
L
ey simbólica, se entiende. Con diferenciar conjuntos, lugares. Hay un lugar, propone el coordinador, en que le GL trabaja incluyendo la coordinación y por lo tanto teniendo que aceptar las condiciones que originaron el grupo. Bien es cierto que lo que ocurre es que algo expresado en aquellos comienzos como ?condición?para la formación del grupo, no fue escuchado en su momento y ahora, dos años después, vuelve a hacer acto de presencia. Pues una cosa es lo que las palabras digan y otra distinta es que ocurra aquello que las palabras dicen.

E
l grupo va aprendiendo que la única posibilidad de seguir avanzando es pasar por el registro simbólico aquellas cuestiones que se quedan enganchadas en lo imaginario; es el momento de resolver las adherencias grupalistas. Sabemos que nos esperarán situaciones parecidas en nuestro trabajo como lectores de grupos; esas situaciones donde se pone en juego la maquinaria de la inclusión/exclusión, de los liderazgo, de las identificaciones. Del cuestionamiento del trabajo del coordinador, de su capacidad para proponer salidas. De la validez de lo que originó un determinado grupo.
3. Hacia lo social.
Lectores en lo social; ¿en qué social?.¿cómo? ¿bajo qué modos? ¿ en qué organizaciones? Estos interrogantes permanentemente salen a nuestro encuentro e incluso nos cuestionan la posibilidad de que pueda darse una lectura en lo que percibimos como social. ¿A quién puede interesarle lo que tenemos para decir, para «eer»? .Entendemos que en el dispositivo analítico de la clínica somos tomados ?de uno en uno?. Pero, ¿y en lo social?. Conocemos las experiencias de nuestros colegas en Latinoamérica participando en talleres en donde los coordinadores/lectores llevan a cabo eso que denominamos «lecturas grupales»; que levantan obstáculos y hacen que los grupos se desenvuelvan en sus cometidos;
Precisamente en una sesión de trabajo del grupo con MªLaura Alonzo, miembro de Analytica Buenos Aires, al plantearle estas dudas nos hizo la siguiente lectura:
?Si salen a los social se acaba el grupo de lectura?
Y esto marca un límite en el quehacer de este grupo. Límite en el modo de abordar lo social, pero también límite en cuanto a cómo pensar la existencia de un grupo.¿Eterna? ¿Cómo elaborar un «fin de grupo»?.Son cuestiones contingentes a los grupos, a «esos grupos» de los que nos gustaría formar parte como coordinadores/lectores.
En algún momento hemos tratado de la posibilidad de trabajar con colectivos de inmigrantes, de mujeres inmigrantes; de participar en los Foros sociales que apuntan que ?Otro mundo es posible?; de establecer diálogo con otras fuerzas sociales: ecologismo, feminismo; estamos entrando en contacto con una Asociación de personas afectadas ,según nos cuentan de «trastorno bipolar» que se han interesado por algún tipo de taller de orientación psicoanalítica; en definitiva llegamos a la conclusión de que somos nosotros lo que debemos salir a «lo social» con nuestras apuestas y propuestas de diálogo; diálogo amable y solidario con los otros; interesados por lo cívico, por lo que en tanto que ciudadanos nos preocupa; en la búsqueda de alternativas al «nada es posible», al desamor y la desolación en que nos pretende condenar la barbarie capitalista.Es con este ánimo que participamos ? y animamos a participar – en el Grupo de Lectura, pues vemos en él la posibilidad de disponer de instrumentos para la transformación social.

Deja una respuesta