El canto de la sibila
Rosa Fornals
A partir de un tema (“Mujer y vida contemporánea”), de un artículo (“Acerca de la cuestión de la mujer. Un debate posible” de J. Slimobich), de un tiempo de diálogo, de confrontación, de grupo que devino cártel y un segundo tema, necesario, por lo inédito de esta forma de trabajo. No sin dudas y con la teoría en la mano, me refiero no sólo al reconocimiento de “las lecturas” que iban apareciendo, sino también a las consultas sobre la manera que dependiendo de la urgencia, de las ganas y del hacer de cada uno dieron forma a una producción.
El trabajo-búsqueda que presento es en función de diferentes lecturas de psicoanálisis en relación al antiguo canto de la Sibila y en torno, tal vez, a la intuición….
“La mujer habitó un modo singular del “leer” esa “escritura”, modo del leer al cual podemos, también darle el nombre de intuición”.
“en definitiva, dilucidar que ese atributo de la mujer, llamado intuición, era la posibilidad de leer esa escritura. Leer en lo que un texto presenta como palabra, otra cosa que lo que la palabra dice, radicalmente, no teniendo nada que ver aquello que se dice con aquello que se escribe”.
“La escritura ha sido llevada al plano de las teorizaciones allí desaparece la intuición en femenino”. Dice J. Slimobich en el artículo y concluye, “Queda aún por desarrollar las interrogaciones pertenecientes a una escritura apropiada a ese “leer” que la mujer cedió a un nuevo discurso: el del analista”.
Esta manifestación artística, este canto que perdura de la antigüedad no sabría decir en qué tiene que ver con la intuición tal como lo toma el psicoanálisis, no es lo mismo desde el momento en que se trata de una imagen, de un canto y está en relación a un origen, a ese momento de la mujer, mítico (en el que la mujer “leía” de un modo singular)….
Acudo a otro libro, «Lacan, entre el arte y la ideología» y me encuentro con este enunciado: «la música no tiene sentido, tiene memoria» y más adelante le aparece esta otra cuestión, «¿no será que la música nos hace soñar despiertos? No la entendemos, la sentimos. Y aquí se revela uno de los enigmas de la música como lenguaje: nos emociona el misterio.» «No poder explicar sólo saber que se siente, es la mística y es el goce femenino»
Y ahí queda eso… Otra vez el misterio, la intuición, la antigüedad, los sentidos, el goce femenino… ¿podrá responder ese canto?
En qué tiene que ver, entonces, el psicoanálisis con el arte…
P. Garrofe sostiene, «que no hay acceso en psicoanálisis a ese objeto a llamado voz, si no se acepta que en la palabra hay escritura» y añade «Pero la voz se lee cuando en vez de obedecer, que es tomar la delantera en una audición, tomamos distancia».
«La ética del psicoanálisis incluye una reflexión sobre el arte y la ideología»
«Una de las barreras que detienen al hablante en torno al vacío del campo central del deseo es el bien, la otra la belleza. Precisamente aquí situamos al arte como producción de formas adecuadas (dentro de la experiencia analítica) al fantasma”.
El psicoanálisis se aleja de la fascinación, el arte en más de una ocasión produce ese efecto (RSI).
Sin embargo forma parte de la cultura como el arte
«Lacan señaló que la cultura por fuera de la sociedad, no existe».
«Lo que el inconsciente escribe, lo escribe con letras que surgen del vínculo social»
«Qué renuncie quien no pueda unir el horizonte de su práctica a la subjetividad de su época»
(«Lacan, entre el arte y la ideología» P. Garrofe )
Este canto definido no sólo como antigua “reliquia” de tradición popular en su mensaje de esperanza en la creencia de una justicia final sino también como obra maestra de dimensión estética y espiritual (representaciones de las Sibilas tanto por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina como por Anglada Camarasa pintor fauvista catalán 1871-1957) rescatada en la actualidad, no sin dificultad, por músicos y curiosos investigadores, de los sistemáticos borramientos de la Iglesia sobre todo del texto.
“La relación de la música con la letra ha preocupado por siglos al poder y a la religión. Pues si la palabra cobra fuerza de ley cuando está escrita, al ser acompañada con música convence, sugestiona, seduce, subleva. Entonces vemos a la voz rivalizando con la música, y a la música haciendo sus alianzas con el poder. Es así que la Iglesia Católica prohibió en el Concilio de Trento las escalas construidas sobre el modo frigio. Y la Revolución francesa prohibió los conciertos de castrados.”
(“Lacan, entre el arte y la ideología”).
Después de un recorrido por las investigaciones históricas sobre este canto, son múltiples las interpretaciones desde la del riguroso que no la relaciona con las catástrofes y sí con un sentimiento popular de ritual y de justicia, que el pueblo repite año tras año, hasta la de dos mujeres una de ellas Montserrat Figueras (adjunto artículo) y la otra de Mª del Mar Bonet que lo verbaliza en el video «encontrado» (adjunto canto de la Sibila). Curiosamente los artículos de estas dos cantantes, vinculadas a la investigación musical desde lo histórico y lo social (a Mª del Mar se le prohibió cantar este canto en la catedral de Mallorca por haber firmado un manifiesto a favor del aborto) convergen sin embargo, en el carácter profético de este canto que les lleva a denunciar la destrucción de la vida que se produce sistemáticamente en la actualidad.